“Tres, dos, uno… ¡Detonación!”, grita el oficial. La explosión ensordece, el polvo se levanta y, antes de que el eco se disipe, el comandante vuelve a ordenar: “procedemos… ¡Ruta limpia!”.
En menos de diez minutos, el equipo detectó el explosivo, lo aisló y lo desactivó. No es una escena de combate, sino parte del adiestramiento que reciben los integrantes de la Compañía de Ingenieros Conjunta para Operaciones de Paz, mejor conocida como CICOMPAZ.

¿Quiénes son los cascos azules?
Son soldados del Ejército mexicano entrenados para misiones de mantenimiento de paz bajo estándares de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Su especialidad: limpiar rutas, desactivar explosivos, levantar estructuras y operar en zonas de riesgo.
“Este equipo lo que realiza es limpiar áreas, rutas y puntos con peligros específicos o cualquier material que pueda causar daño a nuestras tropas”, explica el Capitán Juan Luis Villavazo, comandante de la sección de búsqueda y localización de explosivos.
La instrucción es clara: actuar con rapidez, precisión y respeto a los derechos humanos, enfatiza.
En el campo militar 37-C, ubicado en San Miguel de los Jagueyes, esta unidad se prepara. Están capacitados en análisis del terreno, construcción táctica y manejo de maquinaria pesada.
En formación, se observan vehículos blindados, camiones blancos para traslado de personal y maquinaria especializada para abrir brechas o levantar estructuras, todo de reciente adquisición.
En caso de despliegue, el traslado del equipo se realizaría vía marítima, conforme a los protocolos logísticos establecidos por la ONU para unidades pesadas.
“El pelotón de apoyo de ingenieros puede realizar estudios del relieve. Esto permite la toma de decisiones en un ámbito estratégico y táctico que son parte fundamental de todas las fases de una operación de paz”, detalla la ingeniera topográfica, Aranza Sandoval, mientras presume los instrumentos para planear rutas seguras.

Con especialistas en manejo de materiales de guerra
Además de los ingenieros y topógrafos, CICOMPAZ incluye especialistas en transmisiones, logística y materiales de guerra.
Son quienes proveen municiones, explosivos y sistemas de comunicación para que las operaciones funcionen.
“Proveemos municiones, cartuchos, granadas y explosivos para coadyuvar en actividades del despliegue en operaciones de paz”, explica el capitán Guillermo Ochoa, responsable de la sección de materiales de guerra.
La unidad está conformada por 222 elementos del Ejército mexicano, 16 de la Guardia Nacional y cinco de la Fuerza Aérea Mexicana. De ellos, 65 son mujeres. Y su adiestramiento ha sido evaluado bajo estándares internacionales.
“Para alcanzar cada uno de los niveles del sistema de disponibilidad de capacidades de la ONU, debemos contar con personal ampliamente capacitado, así como con equipamiento mayor y autosuficiencia logística para estar en condiciones de proporcionar apoyo en una misión de paz”, afirma el Teniente Coronel Michel Flores, uno de los responsables del proyecto.
En 2014, se anunció la participación de México en las Operaciones de Mantenimiento de la Paz (OMP) de la ONU, pero no fue hasta 2020 cuando se creó este centro.
Fue hasta junio de 2022 cuando hizo su pase de revista de entrada la Compañía de Ingenieros Conjunta de México para Operaciones de Paz.
En enero de 2024, ascendió al nivel dos del sistema de disponibilidad de capacidades de la ONU, lo que significa que ya cuenta con el personal, armamento y vehículos requeridos para ser considerada una unidad “desplegable”.
El siguiente paso es alcanzar el nivel tres, que la ubicaría como “lista para desplegar”, es decir, estar disponible en un periodo de entre 90 y 120 días tras una invitación; y, finalmente, el nivel cuatro, de Despliegue Rápido, lo que significa estar lista en un plazo menor a 60 días tras una invitación formal.
“Actualmente, la CICOMPAZ se encuentra en el nivel 2 del sistema de capacidades de la ONU y realiza los preparativos necesarios para alcanzar el nivel 3, lista para desplegar en una misión de mantenimiento de la paz, en espera de una invitación por parte de la Organización de las Naciones Unidas”, concluye el Teniente Coronel Michel Flores.

Misiones en las que han participado
Si bien México aún no figura entre los principales contribuyentes de tropas en unidades completas, este centro ha enviado a por lo menos 23 expertos en misión y oficiales de Estado Mayor en misiones en el Sáhara Occidental, en la República Centroafricana y Colombia.
La misión de los cascos azules no se limita a funciones defensivas o estrictamente militares, sino que también incluye una labor social en zonas de conflicto, como lo demuestra la sección de sanidad; médicos militares, odontólogos y personal de enfermería operan con equipo de atención inmediata, hospitalización y respuesta en campo.

Al año 2025, las Naciones Unidas mantiene activas diversas misiones, entre ellas se encuentran:
- Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum del Sáhara Occidental.
- Misión Multidimensional Integrada de Estabilización en la República Centroafricana.
- Misión de Estabilización en la República Democrática del Congo.
También operan la Fuerza de Observación de la Separación en el Golán, la Fuerza para el Mantenimiento de la Paz en Chipre, y la Fuerza Provisional en el Líbano. En regiones de alta tensión como Abyei, Kosovo y Sudán del Sur.
Además, de acuerdo con la misma ONU, se ha desplegado el Grupo de Observadores Militares en la India y el Pakistán, el Organismo para la Supervisión de la Tregua en Oriente Medio, y la Misión de Verificación en Colombia, las cuales forman parte del panorama internacional en el que eventualmente podrían estar participando las tropas mexicanas.

Cascos azules entrenan para cualquier escenario
“Tenemos enfrentamiento… tenemos un herido”, se escucha en una de las simulaciones. Un soldado ha sido alcanzado en la pierna. La zona está controlada. El equipo de sanidad lo estabiliza y lo evacúa. Y si se equivocan, lo repiten. El adiestramiento es permanente.
Estos soldados con pechera y casco azul saben bien que cada simulacro, cada revisión de equipo forma parte de un proceso que busca garantizar que, cuando llegue el momento, México y esta compañía de ingenieros estarán listos.
RM