Elementos de las secretarias de Marina (Semar) y la de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) detuvieron a cuatro presuntos integrantes de la facción de Los Mayos, cuatro de las Fuerzas Especiales Avendaño y uno más de Los Chapitos en tres operativos distintos realizados en el estado de Sinaloa.
En conjunto con personal del Ejército mexicano y la Fiscalía General de la República (FGR), en una primera acción realizada en la localidad de Bariometo, se detuvo a cuatro personas vinculadas a la facción de Los Mayos, pertenecientes al Cártel de Sinaloa.

Detenidos de la facción de La Mayiza
Se trata de Kevin Gabino ‘N’, Jesús Antonio ‘N’, Germán Vicente ‘N’ y un adolescente de 16 años, a quienes les aseguraron en vehículo con tres armas largas, una ametralladora, 16 cargadores y dos magazines, 478 cartuchos de diverso calibre, cuatro chalecos tácticos, 28 poncha-llantas y diversas dosis de droga.
En Los Mochis, autoridades federales detuvieron a Jesús Miguel Avendaño Jiménez o Rosendo Avendaño, El Chendo o El 16; Jayson Ariel Tapia Cárdenas, El Flaco Avendaño; José Antonio García Rodríguez y José Vizcarra Cervantes.
Dichos individuos son integrantes del grupo delictivo Fuerzas Especiales Avendaño (FEA), vinculado a la facción de Los Mayos del Cártel del Pacífico.
¿Qué se sabe de Los Chapitos?
Mientras que en el poblado de López Mateos, El Tamarindo, en Culiacán, fue detenido otro presunto integrante de Los Chapitos a quien le decomisaron dos armas largas, 10 cargadores, alrededor de 300 cartuchos, aproximadamente 119 gramos de cocaína, equipos de radiocomunicación y un casco entre otras cosas.
¿Qué se sabe de las Fuerzas Especiales Avendaño?
El clan de los Avendaño, son de esas familias legendarias en el narcotráfico sinaloense. Tan poderosos como para ser indispensables en la guerra; tan discretos como para que su nombre no resuene a nivel federal.
Fundada en los años 80 por los hermanos Martín, Héctor, Ignacio y Sergio Avendaño Ojeda, se dedicaron a traficar mariguana y cocaína hacia Estados Unidos para el Cártel de Sinaloa. Cuando dominaron las rutas de trasiego, Joaquín El Chapo Guzmán les pidió invertir las ganancias en empresas asentadas en Culiacán, Sinaloa, para poder lavar dólares sucios y convertirlos en pesos mexicanos limpios.
“Al principio, los hermanos eran sólo burreros, pero cuando empezaron a lavar dinero su actitud cambió. Metieron al resto de la familia al negocio y luego a las parejas de sus familiares. De pronto, ya no eran cuatro hermanos abriéndose paso en el narcotráfico, sino un clan fuerte y especializado en abrir negocios. Esa es su fortaleza”, cuenta la fuente consultada.
Los Avendaño operaron en las sombras en los 80, 90 y la primera década del siglo XXI. Cuando en 2008 los Beltrán Leyva rompieron con El Chapo y El Mayo, el clan tomó partida por los viejos capos.
Su lealtad fue recompensada con dinero a carretadas y más negocios en la capital sinaloense donde, inusualmente, no se podía pagar con cheque, tarjetas de débito o crédito. Sólo efectivo, only cash. Las autoridades en Estados Unidos prendieron sus antenas para identificar un esquema de lavado de dinero.
Para el 2011, la trama quedó al descubierto. El Departamento del Tesoro de Estados Unidos encontró que una empresa de renta de automóviles en Ensenada, Baja California, y el Autódromo Race Park en Culiacán, simulaban la compra y venta de autopartes de lujo para blanquear capitales. Los Avendaño estaban desnudos.
Cinco años más tarde, en 2016, cayó Héctor. Tres meses más tarde fue aprehendido Martín. A Ignacio parece que se lo comió la tierra. Sergio está prófugo y operando.
“Estaban acabados, todos yéndose a otros grupos para recuperar poder. En eso llegó el Culiacazo y aprovecharon el caos”, asegura el militar.
RM