En Guanajuato, la comunidad católica volvió a cimbrarse luego de que dos jóvenes integrantes de grupos apostólicos de la parroquia San Felipe Apóstol, en el municipio de San Felipe, fueron privados de la libertad la noche del martes y asesinados, con lo cual ya son nueve muchachos integrantes de agrupaciones religiosas que han sido ejecutados en los últimos tres meses en la entidad.
Las víctimas fueron identificadas como Ulises Arturo Martínez, de 19 años, y Edgar Noé Rodríguez Cervantes, de 21. Sus cuerpos fueron localizados abandonados en un camino de terracería.
Ambos jóvenes eran miembros activos de la comunidad católica; este año participaron en la representación de la Pasión de Cristo realizada en Semana Santa, uno como soldado romano y otro como apóstol.
Este hecho ocurre tres meses después de lo sucedido la madrugada del 19 de mayo, cuando fueron asesinados siete jóvenes en la comunidad de San Bartolo de Berrios, también en San Felipe, tras los festejos organizados por la parroquia por el Día de las Madres. Hasta hoy suman nueve víctimas mortales.
Además, Notivox dio a conocer este jueves el caso de dos menores de edad, de 14 y 17 años, que fueron secuestrados en Pénjamo por presuntos integrantes del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), uno de los cuales fue exhibido en un video mientras era sometido e interrogado por hombres armados.
El menor de 17 años logró sobrevivir, pero el de 14 no. Ambos contaban con alerta Amber.
Una vida por delante
En el caso de San Felipe, Ulises había cumplido 19 años apenas el lunes. Era pasante de enfermería y prestaba servicio social en una clínica pública de Dolores Hidalgo. Mientras tanto, Edgar Noé Rodríguez Cervantes estaba emocionado porque se alistaba para festejar su cumpleaños número 22, el jueves de la próxima semana, 4 de septiembre, por lo que ya preparaba una fiesta a la que invitaba a sus amigos.
Él trabajaba desde hace dos años en una verdulería los martes y jueves; los fines de semana, al igual que su padre, laboraba como mesero en un bar.
De acuerdo con las primeras investigaciones, un tercer joven que los acompañaba logró escapar y dar aviso a los familiares.
Los hechos ocurrieron el martes 26 de agosto, alrededor de las 8:30 de la noche, cuando los tres amigos fueron interceptados por un grupo armado mientras platicaban.
Los cuerpos de los dos jóvenes fueron hallados este miércoles cerca del Rancho Buenavista, a unos diez kilómetros de la comunidad Estancia del Cubo, rumbo al municipio de Dolores Hidalgo.
El hallazgo se registró alrededor de las 2:00 de la tarde, después de que habitantes de la zona reportaron la presencia de los cuerpos a un costado del camino.
No respondió ningún mensaje
En entrevista con MILENIO, Marisela Martínez, hermana mayor de Ulises Arturo, explicó que él no solía llegar tarde a casa; sin embargo, el martes se convirtió en un día de terror y tristeza para ellos.
Casi a las 23:00 horas, Ulises Arturo no respondió ningún mensaje ni las llamadas que le hicieron a su celular. La preocupación invadió a la familia, por lo que acudieron al domicilio de su amigo que lo había recogido horas antes.
La familia del joven de 19 años, por temor, no dio a conocer ni el nombre ni el lugar donde vive.
"Usualmente se juntaba con un amigo, lo frecuentaba y con indicios tratamos de dar con el lugar donde vivía ese chico. Al momento de llegar —a la casa— estaba la familia del otro afectado que alcanzó a escapar y nos comentó que llegó una camioneta negra KIA, hombres bajaron cortando cartucho, llevándose a otro joven y a mi hermano Ulises”, relató.
Luego de ese momento —dijo—, se dieron a la tarea de buscar a su hermano o saber si alguien lo había visto, incluso trataron de rastrear su teléfono, sumado a que no aparecía ninguna conexión.
Reconoció que no saben mucho de la otra persona que logró escapar; sin embargo, frecuentaba mucho a su hermano, al igual que Noé.
Posteriormente, detalló el lugar en el que pudieron haber desaparecido:
"El hecho pasó en las bodegas de la Central Camionera —que quedan a espaldas—, de hecho, cuando nos dijeron en qué lugar había sido, fuimos a revisar, no había marcas de arrancón de llantas ni nada; tuvieron el tiempo y la calma para hacerlo, porque no hay indicios".
Compartió que ella fue la última persona que habló con él vía telefónica, justo a las 8:16 de la noche del martes. Ese horario —dijo— siempre quedará guardado en su memoria, pues él le comentaba que no demoraría en llegar a casa, pero lamentablemente no fue así.
La violencia terminó un sueño
Ulises había finalizado hace apenas 15 días su carrera como técnico en enfermería en el plantel Conalep San Felipe. El siguiente paso era ingresar a la universidad para cumplir su objetivo de ser enfermero o doctor. No obstante, la violencia que azota al estado nubló ese sueño.
"Era una persona trabajadora, todos tratamos de superarnos. Mi hermano, a pesar de estar estudiando, también trabajaba en una clínica; además, era parte de un grupo juvenil de la iglesia, es apegado, tenía alrededor de un año que empezó a estar muy cerca de la iglesia, estaba en un grupo de cristiandad, si había retiros los apoyaba, participaba en los mimos para estar dentro y ayudarle al padre, era servicial", recordó.
Por su parte, Lucía Ibarra Camacho, madre de Ulises, dijo que él vivirá en su mente y corazón por siempre, recordándolo con lágrimas en los ojos como "un muchacho muy alegre, feliz, le echaba muchas ganas a lo que hacía, le ponía mucho empeño, así lo recuerdo".
Con voz de madre desesperada exigió justicia a las autoridades para dar con los responsables que le arrebataron la vida a su hijo.
"Que le hagan justicia, porque es una impotencia que no le puedan hacer justicia a estas situaciones que están pasando", reclamó.
Madre de Noé clama justicia
Ana Luisa Rodríguez Cervantes, madre de Edgar Noé Rodríguez, mencionó que las autoridades han apoyado con los gastos funerarios, además de brindar atención psicológica.
"Necesito justicia para mi hijo, quiero que sea transparente, que se diga la verdad y que se pongan a las personas tras las rejas que hicieron eso, porque ellos no merecían eso. No es justo esto que estamos viviendo como papás, que nos hayan arrebatado a nuestros hijos y de la peor manera".
Al preguntarle cómo se dieron cuenta, respondió: "Nada más sabemos del muchacho que nos dio el aviso, dijo que estaban platicando y llegó una camioneta, cortó cartucho y se echó a correr, a ellos no les dio tiempo de correr".
Comentó que Edgar Noé era el mayor de tres hermanos y siempre se preocupaba por ellos. A sus 21 años trabajaba en una frutería y los fines de semana en un bar en servicio al cliente.
"Si yo dijera que mi hijo anduviera en malos pasos, mi hijo no tendría la necesidad de estarse partiendo el lomo con dos trabajos. Desde que terminó la secundaria mi hijo fue trabajador, un muchacho responsable e inclusive nada más tenía de amigos a ellos dos y con Ulises", indicó.
La misión de servir a Dios forjó la amistad
De acuerdo con Ana Luisa Rodríguez Cervantes, madre de Edgar Noé Rodríguez, los tres jóvenes realizaban actividades en la Parroquia de San Felipe Neri, donde Noé llegó a participar en el Viacrucis Viviente al igual que Ulises, y de ahí nació su amistad.
"Lo de mi hijo no va a quedar impune, lo de mi hijo no va a quedar así, voy a llegar hasta donde sea", advirtió.
Noé, un joven alegre y trabajador
Juan Giovani Hernández Ramírez, encargado de Edgar Noé Rodríguez, lo recordó como un joven muy trabajador durante los dos años que laboró en la frutería ubicada en la colonia La Conchita.
"El día martes anduve con él casi todo el día, anduvimos trabajando mucho, porque los martes, gracias a Dios, tenemos mucho trabajo y a veces llegábamos a las 9:00 o 9:30 de la noche de repartir; y entonces me quedo pensando, en que si tal vez hubiera llegado más tarde o lo hubiera dejado en su casa y no hubiera salido… te pones a pensar muchas cosas, te quedas en shock, pero me quedo con lo bonito", relató.
Recordó que Noé estaba emocionado por el festejo de su próximo cumpleaños y ya tenía organizada una fiesta a la cual lo había invitado.
"De hecho, él estaba muy emocionado porque me parece que de hoy (jueves) en ocho era su cumpleaños. Me había dicho que ya había dado el anticipo para regalar tacos, que para que fuera a comer, y se quedó pendiente este año", relató mientras se le cortaba la voz.
También se sumó a las exigencias para que las autoridades tengan más presencia en San Felipe y sus alrededores, al destacar que la inseguridad en el municipio ha ido en aumento con estos hechos lamentables, donde jóvenes son secuestrados por grupos armados que no tienen piedad y sólo buscan que se sumen a sus filas.
Piden por Ulises y Noé
Este jueves a las 6:00 de la tarde se llevó a cabo una hora santa para pedir por el eterno descanso de los dos jóvenes en la Parroquia de San Felipe Apóstol. Posteriormente, en punto de las 8:00 de la noche, se celebró una misa con la presencia de ciudadanos y algunos familiares.
La parroquia de San Felipe Apóstol confirmó que los dos jóvenes localizados sin vida formaban parte de sus grupos parroquiales.
Mientras tanto, el Viacrucis Viviente 2025 en San Felipe lamentó la muerte de ambos: “Ulises Arturo Martínez y Edgar Noé Rodríguez Cervantes, gracias por transmitir la alegría del mensaje redentor de nuestro Señor Jesucristo. Rogamos a Dios por su eterno descanso”.
Además, confirmaron que ambos participaron en diferentes ediciones de la representación: “Con respeto y cariño, honramos su vida; su partida nos llena de profunda conmoción y tristeza”.
