Debo reconocer que me tomó tiempo analizar, clasificar y depurar la propuesta de salud de José Antonio Meade. A diferencia de AMLO, de quien escribí el pasado 14 de abril y que ofrece un programa de salud en un documento formal, aunque sin nada concreto, Meade pretende abarcar muchos tópicos, haciéndolo de una manera desordenada.
Es decepcionante que el candidato oficial no presente una propuesta más sólida y fundamentada. José Antonio Meade ha ocupado diferentes secretarías, entre ellas Desarrollo Social y Hacienda. Aunque esto debería darle un manejo certero de las cifras, dimensiones e impacto de los problemas, esta experiencia no se nota en sus propuestas de salud. Al preparar este texto, realmente esperaba ver un programa elaborado de manera robusta y mucho mejor sustentado. No es así.
No es de extrañarse, sin embargo, que Meade no estuviera asesorado por la Secretaría de Salud. Esa cartera es quizá de las que peor se desempeñaron en el sexenio y sus dos secretarios no tuvieron una sola decisión contundente en favor de la salud, perdiendo en el camino más de 12 mil 300 millones de pesos de su presupuesto asignado.
Las propuestas de salud del candidato oficial las podemos encontrar muy dispersas, y en algunos casos repetidas, en las páginas de su sitio web Meade18.com. Al analizarlas, pareciera que éstas emanaron de sesiones realizadas en un think tank y que alguien, en la prisa, capturó lo escrito en hojas de rotafolio sin hacer un ejercicio mayor.
La agenda de salud de Meade se puede clasificar en tres propuestas principales y una variada colección de ideas que mencionaré a continuación.
Ideas centrales:
1. “Hospitales al 100”. Es el estandarte de su política de salud. De hecho, asigna un presupuesto de 30 mil millones de pesos para equipar a más de 3 mil clínicas y hospitales. Aunque suena bien a priori, existen problemas con los números. Con solo 10 millones de pesos adicionales por unidad de salud en el sexenio sería posible habilitar un solo quirófano o reemplazar equipos de laboratorio o rayos X en cada hospital. Mantenerlos funcionando 24 horas todos los días del año, como propone, es una labor titánica que costaría mucho más que eso.
2. Énfasis en la prevención. Nada nuevo aquí. La piedra angular de un servicio de salud óptimo es sí, la prevención, pero el candidato no dice cuánto énfasis ni cómo hará para extender todo el trabajo ya existente en esta área.
3. Pacientes eligiendo libremente el hospital público que más les convenga. Una propuesta que suena muy atractiva para los votantes, pero que no es factible. Ningún sistema de salud público deja a los usuarios la elección de su unidad de salud, ya que las cargas de pacientes serían desniveladas y caóticas. La solución es que todas las unidades tengan un mismo buen estándar, logrando que el público esté siempre satisfecho y sepa qué esperar.
El programa “Médico a domicilio” que Meade menciona en sus spots se acota, en el sitio web, a pacientes con discapacidad y enfermos terminales.
Tras estos puntos centrales, las propuestas se encuentran enlistadas sin orden en los siete ejes de acción de su campaña, por lo que para efectos prácticos, he seleccionado las más vistosas y las he clasificado de la siguiente forma:
I. Promesas concretas. Meade propone una ambiciosa intervención en el Seguro Popular; sin embargo, su plan de salud tiende a sobre-utilizar este programa. Además, pretende “ampliarlo y fortalecerlo” sin definir exactamente cómo. Aunque el problema actual del Seguro Popular no es su cobertura en número de derechohabientes, Meade propone brindar el Seguro Popular a poblaciones que, paradójicamente, hoy ya pueden acceder a éste.
El problema real es el número de costes no considerados en el Seguro Popular y la pésima administración estatal de los recursos, pero esto no se menciona en sus propuestas.
II. Planes vagos o irrealizables. Una de las propuestas de salud es “hacer que nuestros migrantes tengan acceso a servicios de salud”. ¿Cuáles migrantes exactamente? ¿Los que están fuera de México? ¿Cómo se lograría semejante cosa?
“Construir una plataforma tecnológica de información de salud [basada en microdatos] que mejore la atención, cuidado y seguimiento de los pacientes”. Nadie en el mundo tiene algo semejante. Requiere de mucha visión, un trabajo exhaustivo, coordinación y mucho, mucho dinero. ¿Es realmente una prioridad?
III. Problemas que ya están resueltos. Como excelente deseo, José Antonio Meade propone “eliminar la falta de atención y tratamiento al cáncer infantil”, pero esto está ya ciento por ciento cubierto por el Seguro Popular.
Plantea también “un programa de atención para las mujeres (…) para la detección temprana y tratamiento del cáncer”. Esto existe desde hace más de 20 años.
De la misma forma, se menciona “llevar instalaciones y servicios de salud para los trabajadores del campo”. Los más de 9 mil médicos pasantes en servicio social pueden dar testimonio de que esto ya se hace. Aunque hay que mejorar la calidad, y mucho, no es una idea nueva.
IV. Simples obviedades. Meade propone ideas que cualquier servicio de salud del mundo consideraría como básicas, tales como “lograr que todas las trabajadoras del hogar cuenten con acceso a la salud” o “disminuir los indicadores de mortalidad materna”.
Así como “redoblar esfuerzos de prevención del embarazo adolescente”. ¿Qué significa “redoblar” exactamente? ¿Invertir el doble? ¿Esperar el doble de resultados o la mitad de adolescentes embarazadas?
“Fomentar un desarrollo saludable durante la juventud” o “acompañar a los mexicanos en la adopción de estilos de vida saludables” debería ser uno de los postulados básicos del sistema de salud, no una promesa de campaña.
Las palabras obesidad y diabetes se mencionan una sola vez en el contexto de una “Política Nacional de Nutrición” y sin hablar específicamente del problema. Meade no dice nunca qué hará con lo recaudado a través del “impuesto al refresco”.
Al final, José Antonio Meade pretende abarcar demasiado, habla de mucho: bienestar, investigación científica, calidad y calidez, pero se queda muy corto en la profundidad y en las tácticas.
Puntos positivos: Una gran colección de ideas. Se comprometen 30 mil millones de pesos para hospitales.
Puntos negativos: Demasiados buenos deseos sin objetivos concretos. Uno hubiera esperado que con sus antecedentes profesionales y el aparato gubernamental de su lado (si es que está de su lado), Meade fuera quien presentara un programa de salud de manera más sólida y mucho mejor sustentada.
Sin embargo, en salud, Meade queda a deber.
*Médico cirujano. Consultor en Comunicación en salud. Twitter: @StratCons