Cosas de juventud: hubo un tiempo en que detestaba a Creedence Clearwater Revival, sobre todo porque en una estación de radio solían enfrentarlos con los Beatles, mis ídolos a ultranza. Con el tiempo aprendí a apreciar el estilo sencillo, rudo y directo del cuarteto que se disolvió en 1972 y nos legó canciones que se siguen escuchando.
El cantante, guitarrista y compositor John Fogerty creó el estilo del grupo a partir de su profundo conocimiento por la música de rock, blues, country, rhythm and blues y folk. Fortunate Son. Mi vida, mi música (Neo-Sounds, 2021) da cuenta de su vida, la creación de Creedence, los enfrentamientos entre sus integrantes y su larga lucha por recuperar los derechos de sus canciones arrebatados por un contrato leonino.
Para explicar el estilo del grupo, Fogerty escribe que “después de Sgt. Pepper, el rock and roll evolucionó y todo el mundo se volvió sesudo, pomposo, introspectivo e impotente, perdón, importante. Algunas personas menospreciaban la característica fundamental del rock and roll, que era divertido. Ruidoso, descarado, rebelde. Rebosante de actitud (…) Uno de los grandes secretos de Creedence residía en que su música era increíblemente sencilla, pero de un modo adecuado”.
Fogerty era la fuerza creativa de Creedence, pero tensiones internas alimentadas por el despojo perpetrado por Saul Zaentz, uno de los dueños de Fantasy Records, con quien enfrentó una serie de demandas, terminaron con el sueño de uno de los grupos más exitosos de fines de los 60 y principios de los 70. Su último álbum, Mardi Grass, en la que los otros músicos participaron como compositores, fue un sonado fracaso creativo.
Mientras el resto de los músicos formó Creedence Clearwater Revisited, capitalizando en concierto las canciones de Fogerty, durante muchos años éste se resistió a cantarlas en público. En 1987, en un concierto con varios artistas, Bob Dylan le dijo: “Si no tocas ‘Proud Mary’, todo el mundo va a pensar que es una canción de Tina Turner”. La provocación surtió efecto.
Perfeccionista, su primer disco solista lo grabó tocando todos los instrumentos, pero paulatinamente fue aceptando la colaboración de otros músicos, lo que permitió que su carrera volviera a despegar. De manera constante John Fogerty agradece el apoyo de su segunda esposa, Julie, y el hecho de contar “con una banda de músicos consumados que también pueden tocar de una manera sencilla”. Sencillez: he ahí la fórmula.
Y además
Fama al sur de la frontera
A principios de los 80, escribe, Fogerty, “Martha (su primera esposa), los niños y yo íbamos en nuestro coche por el sur de Texas oyendo la radio. Creedence era muy popular en México por entonces y, efectivamente, desde el otro lado de la frontera empezó a sonar ‘Cotton Fields’”.
Xavier Quirarte