Es verdad pura que en Nuevo León hay una alta cantidad de delitos que nacen de conflictos entre vecinos y que la falta de atención, o una efectiva mediación, hacen que “la sangre llegue al río”.
Es verdad también que si se abaten estos altos niveles de “violencia ciudadana” (si me permite el término) viviremos en un mejor lugar, todos.
Por eso fue positivo que ayer se presentara la iniciativa de Ley de Justicia Cívica, donde coinciden en su interés la Fiscalía General de Justicia, el Poder Judicial, el gobierno del estado, alcaldes y organismos.
Van a reducir con ello 20 por ciento de los delitos, según calculan y explicaron hace una semana cuando fueron invitados a la mesa de Nuevos Cambios. El objetivo es prevenir conflictos cotidianos, identificar factores de riesgo, difundir la cultura de la legalidad y fomentar el diálogo como mecanismo de solución.
La pregunta ahora es ¿cómo se enfrentará, y pronto, el resto de los delitos que presentan niveles muy altos en este 2022?
Porque, como ellos mismos lo reconocen, los episodios de violencia que más inquietan a la gente son aquellos que nos remiten a los peores años de inseguridad que padecimos hace una década, cuando las ejecuciones eran cosa de todos los días, en plena vía pública y con tintes de la delincuencia organizada.
Estos eventos violentos son los que más alimentan esa percepción de que todo está mal, de que vienen tiempos más duros y que las autoridades del estado no tienen claro el rumbo.
El problema de la inseguridad está sobrediagnosticado, se sabe qué podría ayudar a resolverlo y las autoridades evidencian que van para el mismo rumbo, pero cada que se levanta una encuesta por parte de algún ente u organismo, la gente responde que se siente insegura, que no denuncia y que no confía en la Policía.
Pero lo anunciado ayer puede tener éxito y arrojar parte de la solución. Es un primer paso, aunque su éxito depende de que el ciudadano haga suya la idea, conozca sus beneficios y los aproveche. Además que los municipios ajusten sus sistemas de justicia ya existentes, porque son los primeros que reciben la denuncia.
Seguro esta ley reducirá los delitos vecinales, y la pregunta que sigue es esa: ¿los demás delitos para cuándo?
Víctor Martínez