Es terrible lo ocurrido en estos últimos días con la desaparición de mujeres en Nuevo León. A nadie se le desea la angustia que viven los familiares, sea cual sea la situación de cada caso.
Pero como ocurre en nuestros tiempos en la mayoría de los acontecimientos importantes, en esta página gris de nuestro presente hay líneas escritas con pésima letra, errores acentuados por la falta de oficio, desinterés u otros factores.
La joven María Fernanda despareció el domingo 3 de abril y durante los primeros días de la semana, las autoridades dejaron crecer un fenómeno de descontento; tanto el gobierno estatal como la Fiscalía.
Mientras el caso de la joven de 27 años se volvía viral y algunos grupos agregaban a las publicaciones un total de 15 casos recientes, las autoridades no consideraron prudente informar de manera más ágil el estatus de cada desaparición.
Así fue creciendo la molestia, mientras durante todo ese tiempo algunos medios buscábamos las respuestas. Fue entonces cuando la tarde del jueves responde una entrevista el fiscal Antisecuestros y confirma que son 15 desapariciones, pero no secuestros, porque muchas jóvenes se fueron de casa por su propia voluntad. Así lo dijo y descartó con ello la existencia de una banda de secuestradores.
Pero era tarde, el fenómeno fue creciendo hasta convertirse en tendencia nacional; mucho ruido y pocas respuestas. En consecuencia, un nerviosismo creciente. Ni el gobernador ni nadie de su gabinete salió a tiempo a enfrentar el tema, dejaron crecer la molestia; con tanta lucha que hay contra el feminicidio, con tantos organismos impulsando el feminismo en México, nadie lo midió como debió ser.
El jueves se hacen los cateos, el viernes una improvisada conferencia de prensa y después se confirma, hasta el sábado por la tarde, que la joven sí fue asesinada; pero igual por medio de las redes sociales. Era tarde ya, al menos para frenar la indignación y las manifestaciones que de nuevo se tornaron violentas.
Ya la noche del domingo, el gobernador Samuel García y su esposa Mariana fueron vistos a través de sus redes buscando a otra joven desparecida, y ayer lunes informaron de un decreto para mejorar los protocolos con elementos y una comisión especial.
Así una semana convulsa que deja en el ánimo de muchas personas una molestia de esas que solo se alivian con estrategias más empáticas.
Víctor Martínez
