La lucha contra el cáncer es tarea de todos, y aunque no es misión sencilla, hoy en día se dan pasos importantes.
El 23 de agosto será una fecha crucial con la realización del Cancerotón en la Ciudad de México, que busca recursos para ayudar al tratamiento de niños y adultos que enfrentan este mal en cualquiera de sus facetas, todas ellas complicadas y con un costo alto en lo monetario y lo anímico.
Como las anteriores ocasiones, sin duda será todo un éxito, por la participación de gente que ha puesto su corazón y su talento a esta campaña, y sobre todo por la colaboración de la gente consciente de lo importante que es cooperar en esa cuenta Banorte 321, desde un peso hasta lo que se pueda, que todo abona.
Labores como ésta son de gran ayuda porque vivimos en un país acosado por el cáncer, con un sistema de salud notoriamente rebasado y con errores de origen, que uno a uno van corrigiéndose.
Además de servir para recaudar el apoyo tan necesario, estos eventos ayudan a concientizar a los ciudadanos del tamaño del problema. Existe una escasez de oncólogos, porque dicha especialidad no ha sido del suficiente interés por quienes estudian la profesión y que en las universidades no se han modificado los programas educativos para inculcar la materia a fondo, salvo contadas excepciones.
En infraestructura, también hay problemas, a tal grado que los mastógrafos con los que se cuenta no son suficientes o son arcáicos, auténticas piezas de museo cuya medición no es exacta o aproximada a lo que ofrecen los equipos digitales, que solo están en los mejores hospitales.
Cada año en nuestro país, 190 mil personas en promedio reciben la noticia de que padecen algún tipo de cáncer, y con ello comienzan un auténtico viacrucis, porque en muchos de los casos una persona no puede ser tratada en su unidad médica por falta de equipos o de especialistas, o incluso porque no existe una portabilidad que permita al paciente ir a otra institución de salud sin pasar por tanto trámite o ayudas.
Después, el paciente enfrenta la enfermedad económica; porque tratarse del cáncer a sí mismo o a un familiar cuesta demasiado; un 35 por ciento de lo que se gasta en luchar contra el cáncer se va en los medicamentos. El sector salud adquiere cantidades que pasan de mano en mano, y a veces terminan en las bolsas de ladrones sin escrúpulos.
Quien padece cáncer en ocasiones pierde su trabajo por acudir a las citas, y lo mismo le pasa a esposas, hijos o padres de los enfermos que requieren compañía para acudir a las terapias.
Por si fuera poco, no existe en México al día de hoy, una base de datos confiable, que nos dibuje la magnitud del problema, ¿de qué enferman más?, ¿quiénes se salvan?, ¿cómo lo hacen?, ¿dónde se atienden?.
Hace cuatro años apenas se comenzó a trabajar en dicha base para conocer las dimensiones de este mal, hoy Nuevo León se unirá a esta tarea que ya empezaron la CdMx, Mérida, Guadalajara, Campeche, Acapulco y Tijuana, por ejemplo.
Enhorabuena por el Cancerotón CdMx, hay que apoyarlo.