Cada minuto una persona se enferma de coronavirus en Nuevo León.
Para ser preciso, el promedio de contagios es de 1.39 cada 50 segundos, de acuerdo con las cifras que informó ayer la Secretaría de Salud de la entidad.
Para nadie es un secreto que estamos viviendo un alza en los casos de covid.
Lo evidencian las 149 personas que están en los hospitales, 15 de ellas en terapia intensiva; también los fallecimientos de 2 personas en las últimas 24 horas y sobre todo los 2 mil 001 casos nuevos reportados ayer.
No preocupa tanto, tal vez porque no tenemos una conferencia diaria a las tres de la tarde con un secretario de Salud que nos diga que nos estamos acercando a la muerte, tampoco existe una urgencia mayor, porque ya buena parte de la población está vacunada, con dos o tres dosis, y porque “a todo se acostumbra uno”, ni cómo negarlo.
Pero si vemos las cifras a detalle, nos daremos cuenta que aunque estamos en verde y que no mueren decenas de personas, el covid no se ha ido. Cuestión de hacer números.
Hace un mes, justo el 5 de junio, había 32 hospitalizados, ninguno en terapia intensiva, se reportaba una defunción y apenas 677 casos nuevos de contagio.
Nadie quiere volver a vivir dos años aciagos como el 2020 y 2021; mucho menos ahora que ya pasamos a otras problemáticas como la crisis del agua y la económica, que cada día aprieta más
los bolsillos de la gente.
Entonces, si cada minuto una persona se agrega a la larga lista de enfermos de covid, sin contar la cifra negra, aquella que no se reporta a las autoridades, bien valdría la pena que cada persona utilice el sentido común y decida por sí misma, más allá de las decisiones de la autoridad.
Volver al cubrebocas, al aseo de las manos, a evitar si es posible aglomerarse, podrían ser medidas prudentes, y una clara muestra de que algo aprendimos en los dos últimos años, los cuales nunca debieron existir.
Si bien no está agonizando ni muriendo tanta gente, la cantidad de contagios está impactando claramente a las empresas y los hogares.
La vida tiene que seguir, por supuesto, no podemos quedarnos inactivos, aislados; tenemos que salir adelante, pero si aprendemos de lo vivido habrán valido la pena las pérdidas humanas y todo el dolor que sufrimos.
Los números son fríos y muy serios.
Víctor Martínez Lucio
