La semana pasada en este espacio hablábamos de aquellos elementos que sirven para evaluar el año vivido en cuanto a la política y vida pública del estado.
Reconocíamos que no ha sido fácil transitar por este agonizante 2022, porque la crisis del agua ocupó los esfuerzos casi totales, porque otros temas como la contaminación del aire que respiramos tampoco han sido pruebas superadas.
Tomábamos como puntos positivos en renglón económico, con niveles óptimos de empleo e inversión de capitales que siguen y seguirán llegando en 2023. Sin olvidar la mejorada relación entre el gobierno estatal y la Federación, que inminentemente se transformará en apoyo material.
Sin embargo, 2022 pasará a la historia como el peor en cuanto a la relación entre los Poderes Ejecutivo y Legislativo, en perjuicio o claramente del ciudadano que votó por ellos.
Terminaron este año muy lejos de los acuerdos, en un tira tira que dejó a Nuevo León sin presupuesto 2023, hecho que no se recuerda que haya ocurrido en la historia contemporánea.
Hubo de todo en esta novela, donde pasaron de la cordialidad que arrojó como logro la llamada nueva Constitución, a la resaca cuyos daños colaterales son pérdidas: la caída del primer fiscal General de Justicia, Gustavo Guerrero, las demandas contra los líderes de los partidos mayoritarios, la desgastante guerra de declaraciones en los medios y tribunas, el congelamiento de cuentas de alcaldes, el jineteo de recursos, la aprobación de reformas con dedicatoria para el gobernador, la no publicación de las mismas por parte del Ejecutivo, y un largo etcétera.
De la lucha contra la corrupción se tienen pocos avances, de la participación ciudadana y las reformas verdaderamente necesarias también se tiene poco, y hay otros pendientes diversos.
Da lo mismo quién está mal o peor, este balance de fin de año suena amargo, pero es real.
La esperanza es que el propósito de Año Nuevo sea el mismo en ambas partes, recordar su compromiso y lo que protestaron en 2021.
Por lo que respecta a este servidor, mi agradecimiento por su preferencia para nuestras plataformas informativas, y el compromiso de que haremos valer cada minuto de su atención en el año que inicia.
Y bueno... feliz 2023.
Víctor Martínez