A pesar de que hace unos días se confirmó la visita del presidente Andrés Manuel López Obrador a Nuevo León, entre el 26 y 31 de este mismo mes, según el gobernador Samuel García, todo parece indicar que el cierre hidráulico de la cortina de la presa Libertad se llevará a cabo en medio de un ambiente más seco de lo esperado.
Pese a los trabajos acelerados y la promesa de que la cortina de la presa tendría agua de la cual podríamos disponer este verano, evidentemente esto no será posible.
De acuerdo con el trabajo de mi compañero Víctor González Garza, grabado hace apenas tres días en los ejidos que colindan con la presa Libertad; el río Potosí, que es el afluente que debe alimentar de agua a esta nueva esperanza que está a punto de inaugurarse, no tiene agua en lo más mínimo.
En el ejido la Osada, al igual que en otros ubicados ahí, los habitantes de antaño, lucen con desencanto en medio de una sequía que ya no les permite vivir ni de la siembra, ni de la cría de animales.
Por si fuera poco, la construcción de la presa Libertad no ha estado exenta de amparos que impiden incluso que se pueda disponer de los terrenos en donde debe construirse el resto de la infraestructura. Problemas como los que enfrentan con los habitantes del ejido Pitorreal.
Es de reconocerse el optimismo con el que maneja el Gobierno de Nuevo León la problemática del agua en este 2023, así como destaca que como nunca se están llevando a cabo obras para paliar el problema, como la construcción del segundo acueducto de la presa El Cuchillo, o la reparación del ducto que lleva agua de la presa Cerro Prieto. Sin embargo, pese al optimismo, la madre naturaleza no nos ha regalado la lluvia necesaria y la condición de las otras tres presas, hacen que el pronóstico no sea nada bueno.
La Boca, el vaso más pequeño, hasta ayer tenía un almacenamiento de 35.54%; la presa Cerro Prieto en crisis almacena hasta ahora 13.09%, al igual que hace dos años, cuando se declaró que le quedaban tres meses de vida. La presa El Cuchillo la de mejores condiciones y mayor capacidad está 47.47%.
Sin embargo, y a pesar de los discursos oficiales, se aproxima el mes de noviembre y ante la escasez del agua en el distrito 026 de Tamaulipas, parece inminente que sí habrá trasvase de agua como lo marca el convenio de hace varias décadas.
El escenario, en las colonias, no es muy diferente a lo que vivimos en el fatídico 2022, porque no ha habido semana sin cortes o fallas en el abasto, y ahora sin el apoyo de pipas.
Una vez más, y tal como lo hicimos hace un año en estas fechas, tenemos que cumplir con lo nuestro; el peligro no ha pasado, cuidemos el agua.