Mientras el covid-19 nos tiene sometidos, con la mano en el cuello, en cuestión de días lo que parecía acercarse como una solución, se alejó abruptamente.
Hablo por supuesto de la compra de dosis de vacunas contra el coronavirus que parecía estar “en la bolsa” y de un momento a otro se esfumó.
La lectura de este hecho puede ser muy variada: “que la visita presidencial influyó de alguna forma en la intención del gobierno de Jaime Rodríguez y frenó los planes”, “que se complicó en Rusia la cita con los fabricantes de la Sputnik V y que el viaje del secretario De la O será dentro de pocos días” o bien “que el empresario con el que supuestamente estaban apalabrados, se adelantó a hacerlo público y perjudicó el plan”.
Pero sea cual sea el motivo, en la escena apareció un personaje originario de Veracruz, quien en cuestión de horas pasó de ser una opción viable a ser blanco de cuestionamientos. Se trata del empresario veracruzano Alejandro Cossío Hernández, ex diputado, por cierto.
¿Qué sucedió?, le preguntó mi compañero Enrique Burgos en el noticiero Meta 21 de AW 1280. “Realmente no sé qué sucedió, respondió Cossío; me dijeron que me iban a confirmar el sábado a mediodía, me quedé esperando y le llamé al empresario Enrique de la Garza, (quien me había contactado por teléfono) para decirle que daba por desistido esto”.
“Ahora ya están comprometidas 1 millón 800 mil dosis con otros estados”, agregó.
En la entrevista, Burgos insistió: “¿Tiene usted un documento que avale lo que dice?”. La respuesta fue enfática: “Varios medios de la Ciudad de México hasta los han publicado; si yo fuera un mentiroso, y si esto está sirviendo para que se autorice, bendita mentira”.
Después de negarse a revelar los cuatro estados y siete municipios a quienes ya vendió las dosis, ofreció que si a Nuevo León le interesan las 300 mil dosis restantes, deben mandarle una nueva carta compromiso.
Así, la esperanza de ver llegar vacunas y cambiar el rumbo de las cosas se ve aún lejana.
