Política

El futbol no es culpable

Mucho se ha dicho en las últimas horas sobre lo ocurrido la tarde del domingo, ideas incluso interesantes para poner freno a la violencia que acompaña y empaña al deporte más popular del mundo.

Los detractores del balompié, como siempre, aprovecharon para denostarlo, y no faltó quien propuso un alto a este deporte, o mínimo al clásico regiomontano.

No es nueva esta manera de achacarle al futbol la enajenación. Hace mucho se acuñaron frases lacerantes como llamar a este deporte “el opio del pueblo”, emulando lo que en el siglo XIX impuso Marx a la religión.

Hace años que el futbol tiene mucho de criticable, sobre todo que es “demasiado deporte para ser negocio y demasiado negocio para ser deporte”. Sin embargo, este fenómeno social no puede ser calificado solo con acontecimientos desafortunados como el previo al clásico.

El futbol es incluso una industria que genera miles de empleos directos e indirectos, desde el que lo juega a nivel profesional, el que lo dirige, el que lo comenta o lo publicita, hasta el que vende alimentos en los estadios. Resulta pues una visión simplista la de aquellos que califican la afición a este deporte como una tontería, ignorando de paso que para miles de personas es un escape al estrés del trabajo, la oportunidad de desahogo con solo gritarle al árbitro o al rival en turno. También es el momento para unirse a la familia y vestir la misma camiseta, e incluso para otros un modelo aspiracional .

Cuántos sueños se han escrito en las canchas amateurs o en la calle con dos piedras y una pelota, el juguete más universal de todos.

Cada semana en un estadio se reúnen miles de personas que apoyan sus colores y sienten una liga con su equipo, muchos de ellos alguna vez fueron niños que, acompañados por sus padres, vieron en las cancha a ídolos, casi superhéroes, y ahora son adultos que llevan a sus hijos invirtiendo los papeles, continuando una sana costumbre.

Catalogar al futbol como algo nocivo y a sus seguidores como fanáticos, tomando como muestra a un grupo de vándalos inadaptados, es no solo injusto, es ignorar de paso que algo tiene este deporte para mover más multitudes que los políticos, para cambiar vidas y acompañarnos a muchos en cada una de nuestras etapas.

Quienes no sienten pasión por el futbol o desconocen realmente este deporte, no lo entienden y estarán ahí listos para denostarlo una y otra vez, pero lo ocurrido el domingo solo fue el pretexto para jóvenes mal guiados; ahí el futbol fue el pretexto, ahí el futbol no es culpable.



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Víctor Martínez Lucio
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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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