En febrero, Mauricio Fernández Garza declaró públicamente que en San Pedro en cualquier momento iba a desatarse la violencia.
Horas después Miguel Treviño, el todavía alcalde y candidato a reelección, cuestionado por los medios de comunicación, respondió: “Es probable que se presente algún incidente delictivo vistoso; vamos a actuar porque somos una Policía fuerte y nadie está por encima de la ley”.
Ayer por la mañana conversé al aire con Mauricio Fernández en el noticiero matutino de Meta 21 y a pregunta expresa insistió en que en cualquier momento llegaría la violencia. La razón: “Hay un serio deterioro en el tema de seguridad. Miguel lleva tres modelos y no es un incidente; se rompieron los horarios en los bares, los policías se hacen patos, están ayudando a organizaciones criminales, coludidos con el narco, se está dando el cobro de piso y los secuestros, las bases de taxis están controladas por el crimen organizado”.
Sobre los motivos de esta crisis de seguridad fue contundente al decir: “Se le está desmoronando el sistema de seguridad o de plano no le entiende”.
Difícilmente se trata de palabras pronunciadas por un brujo, chamán o clarividente, pero así nos hizo pensar cuando por la tarde, a solo cuatro horas de la entrevista, dos cuerpos sin vida fueron abandonados en un automóvil a pocos metros de la sede de la Policía de San Pedro. De esa Policía “fuerte” que defendió Miguel.
Sea cual sea la habilidad, información privilegiada o bolita mágica ya sabemos de qué habla Mauricio, sobre todo porque no fue lejos de la cabecera municipal, sino a pocas cuadras del C2, sobre todo porque no fue de madrugada ni en una persecución o desde un auto en movimiento.
La afrenta fue en un área transitada, a donde la gente acude a hacer ejercicio, donde hay cámaras por todos lados, donde abundan los patrullajes. Aun así les dejaron los cuerpos en estado de descomposición y hasta con un mensaje en una cartulina.
¿Qué sigue? Ojalá que nada peor.