En las escuelas de Nuevo León hay un problema serio que al parecer nadie sabe o nadie se interesa en resolver.
Lo exhiben los mismos jóvenes en las redes, pero para la secretaria de Educación parece no existir: la violencia en las aulas.
La maestra Sofialeticia se dijo molesta cuando se enteró que la Policía de Monterrey hizo operativos de revisión en las escuelas y aunque sirvieron para encontrar drogas y algunos objetos no permitidos, ella se centró en reclamar que no le avisaron antes.
Mientras esto ocurre no cabe duda que, como lo anticiparon muchos especialistas en la salud, la postpandemia tendría efectos serios diversos en nuestro presente.
Unas de estas secuelas son físicas, de diversos efectos; pero hay una que en específico se nota mucho y se atiende poco: la salud mental.
Dos años de aislamiento en los que nuestra vida cotidiana se detuvo. Hay un segmento de la sociedad que parece no ser atendido como debiera: los menores de edad.
Volvieron hace meses a las aulas, los maestros y directivos de las escuelas se preocuparon porque hubiera mobiliario, libros, luz, agua y por supuesto maestros.
Pero poco pareció importar detenerse en los efectos emocionales del encierro en edad temprana y en adolescencia.
Si bien no es nuevo que vivimos en un entorno difícil para los estudiantes desde antes de la pandemia, hoy parece haber señales claras de que algo serio está pasando.
En las redes sociales abundan grabaciones donde aparecen jóvenes cometiendo actos de violencia, agresiones contra sus propios compañeros o compañeras con un común denominador: nadie se mete a impedirlo.
Los videos son de estos días, los han grabado en Conalep, CBTIS, preparatorias de la UANL y otras escuelas públicas.
Parece que las autoridades estuvieran esperando un tiroteo como los de Estados Unidos para escandalizarse y tomar acciones.
Esperemos que no sea necesario y que entre todos, maestros, Secretaría, padres de familia y autoridades en general se decidan a poner un alto.
El primer paso, contratar especialistas en salud mental, y claro que los hay. Veremos...
Víctor Martínez