El avance del procesos de discusión de la reforma al Poder Judicial impulsada por el Presidente Andrés Manuel López Obrador, pone en peligro el trabajo de la mayor parte de los jueces en el país, por ende, no sorprende que el día de hoy se haya convocado una votación por parte de la Asociación Nacional de Magistrados de Circuito y Jueces de Distrito del Poder Judicial de la Federación, para decidir si se realiza una huelga de jueces federales en todo el país, lo que pararía la impartición de justicia en la práctica y dejaría a los ciudadanos en estado de indefensión.
Se trata de una movida audaz, pero a la vez peligrosa, es como si todos los doctores del país se pusieran en huelga o los policías, es decir, se podrían perder muchas vidas en esos casos, acá lo que quedaría sin protección sería la libertad, los derechos y propiedades de las personas.
Pondría en jaque al país, sin duda, de hecho se generaría un caos y habría muchas quejas de inmediato, se trata pues de una medida desesperada de presión, pero hay que tener cuidado porque es un arma de dos filos y como el bumerang, este puede después afectar a los promotores, en lugar de beneficiarlos.
Porque le daría el argumento al Presidente López Obrador para seguir atacando al Poder Judicial, que podría decir que los jueces solo ven por su propio beneficio, sin pesar en los ciudadanos y hasta los podría tachar de faltar a sus obligaciones, incluso si se prolonga podría amenazar con recortes al presupuesto del Poder Judicial.
Es decir, los jueces no pueden exponerse a que la opinión pública se vuelque en su contra, a pesar de tener razón en sus exigencias, ya que es un absurdo que se vote por un juzgador y la mejor manera de garantizar el estado de derecho es con personas preparadas que acceden a los cargos con base en el mérito, por lo que deben ser cuidadosos en qué actividades parar y cuáles no, para no enojar a los ciudadanos.
@victorsanval