La mayor parte del debate sobre la Reforma Energética se concentra en los aspectos económicos y poco se habla de un tema de enorme trascendencia, que es la necesidad global de migrar cuanto antes a las energías verdes, aquellas que son renovables y que tienen un impacto ambiental bajo al producirse.
El planeta está sufriendo un daño ecológico acelerado y un calentamiento global tan fuerte que algunos especialistas como David Wallace Wells hablan de que el mismo podría poner en peligro la calidad de vida de más de la mitad de la humanidad y una de las formas más eficientes de impedir el calentamiento es llevar las emisiones de carbono al mínimo, por lo que se requiere que con urgencia los países apuesten por las energías verdes.
En México este mercado es incipiente, sin duda hay grandes instalaciones de generación de energía eólica, solar e hidroeléctrica, sin embargo, no representan ni el 10% de la energía total que se produce y la mayoría de los esfuerzos han sido de capital privado.
Al final, el gran debate puede no estar en si es más eficiente la producción privada o la pública de energía, sin duda ambas pueden coexistir, sino en que tanto el capital público, como el privado, hagan sinergias para crecer la oferta de energías limpias en México, sobre todo aquellas de bajo costo, que generen ahorros en los hogares e industrias al tiempo que disminuyen las emisiones de gases invernadero de nuestro país.
El futuro de la energía es verde, lo que aún no sabemos la rapidez de la transición, pero si México desea ser un actor relevante en producción de energía en el futuro, debe apostar en serio por las energías limpias, porque si pierde la oportunidad que hoy tiene, en un futuro no muy lejano cualquier reacción puede resultar tardía.
La discusión por tanto de la Reforma Energética debe contemplar aspectos relacionados con el medio ambiente y con el futuro del mercado que se busca regular, de lo contrario, en muy pocos años invariablemente volveremos a discutir el tema del futuro energético del país.
@victorsanval