La instalación de Tesla en Nuevo León tendrá efectos positivos en Coahuila, porque incrementará la oferta de empleos bien remunerados, propiciará la llegada de nuevas empresas proveedoras de autopartes y aumentará el consumo de servicios, provocando una derrama económica.
A pesar de que los beneficios vendrán de forma natural, Coahuila puede hacer un esfuerzo extra para que el impacto positivo de los mismos se incremente en el futuro y nuestra entidad se pueda beneficiar en mayor medida.
Por ejemplo, en Coahuila deberíamos impulsar desde las universidades, la conversión de los planes de estudio de las ingenierías automotrices, de un enfoque mecánico, a uno centrado en la producción de autos eléctricos, ya que no sólo se trata de Tesla, sino que todas las armadoras están migrando a lo eléctrico y a futuro, además migrarán hacia lo autónomo, es decir la conducción sin la intervención de las personas.
La apuesta, por tanto, es que la región ofrezca profesionales preparados en la producción de autos eléctricos y que eso atraiga la instalación de nuevas empresas armadoras en Coahuila, a fin de que se convierta el corredor Torreón-Monterrey, que incluya a Saltillo y Ramos Arizpe, quizá hasta Monclova, como el clúster en América del Norte para la producción de autos eléctricos.
Si lo analizamos fríamente estamos en una posición envidiable porque tendremos a Tesla y Kia en Nuevo León, a Daimler, General Motors y Stellantis (Chrysler) en Saltillo y cientos de empresas de autopartes en ambos estados.
Además, la conversión de la zona a un mercado de punta como son los autos eléctricos y más adelante los autónomos, puede detonar también el arribo de otras industrias de vanguardia como es la del software, el diseño de videojuegos, de dispositivos electrónicos, la inteligencia artificial y los electrodomésticos inteligentes.
De lo que se trata al final es de aprovechar la ola, no solo montarse en ella, sino buscar agrandar la ola y la derrama económica que generará para Coahuila los siguientes años.
@victorsanval