El aún presidente nacional de Morena, y próximo secretario de Educación en la administración de Claudia Sheinbaum, Mario Delgado Carrillo, pidió “sacar adelante la reforma al Poder Judicial y otras reformas que queremos que se lleve el Presidente como un gran regalo”.
Para el morenismo y sus aliados, así como para un sector de la sociedad mexicana, lo anterior puede resultar entendible, tienen que cumplir las órdenes del presidente, Andrés Manuel López Obrador.
Si el resto de los mexicanos, en particular los tamaulipecos, tuvieran la oportunidad de pedir un “gran regalo”, ¿cuál sería?
Si regionalizáramos la petición, seguramente los habitantes del sur pedirían solucionar de una vez por todas la crisis del agua, las fallas en el drenaje, en la recolección de basura, un mejor sistema de transporte, por mencionar algunos deseos.
La franja fronteriza anhela la paz robada por los grupos delincuenciales, que seguramente será imposible de entregarse como un presente; esta situación opaca las otras necesidades ciudadanas.
Aunque las autoridades estatales insisten en que los hechos de violencia se presentan de manera esporádica en Ciudad Victoria, sin embargo el cateo en un fraccionamiento para detener a un presunto responsable del delito de trata de personas, en su modalidad de explotación pornográfica y prostitución, demuestra que el mismo corazón de Tamaulipas es víctima de los delicuentes.
A pesar de ello y de los problemas del día a día, como los baches y un transporte deficiente, los capitalinos aspiran a vivir en un municipio tranquilo y seguro.
Un gran regalo para los tamaulipecos sería que las autoridades estatales y municipales se enfocaran a resolver de manera efectiva las problemáticas y necesidades ciudadanas de cada región, más allá del mantra favorito de echarle la culpa a los que se fueron o van llegando, su deber es elevar la calidad de vida de las comunidades a corto plazo.
El panorama no luce nada alentador ante el inicio de la nueva administración federal, principalmente porque ha quedado demostrado que el próximo gobierno será una continuidad del actual, al menos mientras se acomodan las nuevas autoridades y se da un rompimiento, lo que sería un gran regalo.
