Cuando el todopoderoso Partido Revolucionario Institucional gobernaba a lo largo y ancho del país, incluida la zona conurbada de Tamaulipas, la oposición, la verdadera, del Partido Acción Nacional lanzaba feroces críticas hacia las autoridades estatales y municipales por el uso financiero y clientelar de la Comisión Municipal de Agua Potable (Comapa); le llamaban la “caja chica”.
Al paso de los años, los papeles se invirtieron y durante el sexenio panista las acusaciones fueron en el mismo sentido. La gran diferencia fue que la “caja chica” de los negocios presuntamente fue para un grupo cercano al exmandatario Francisco Javier García Cabeza de Vaca.
Ahora Morena gobierna a través de Américo Villarreal Anaya y, después de tres años, toman la decisión a través del Congreso local de establecer el control administrativo y financiero de las Comapas, función que va a desempeñar la Secretaría de Recursos Hidráulicos.
Actualmente, el Consejo de Administración, dentro de sus facultades, aprueba los estados financieros y los informes que debe presentar el Gerente General, y si se considera conveniente, ordenar su publicación en el Periódico Oficial del Estado y en el diario local de mayor circulación.
De lo anterior se desprende una pregunta: ¿cuántas veces se han publicado los estados financieros del organismo operador del agua?
En aras de la transparencia y de una buena administración, la Comapa Zona Sur debe informar el costo ejercido en la renta de las pipas y a qué empresas se les otorgó dicho servicio durante la crisis del agua.
Con 23 votos a favor, 4 en contra y 4 abstenciones, se aprobó el dictamen con el que se aprueba reformar la Ley de Aguas de Tamaulipas.
Del dictamen sobresale el interés por integrar a la sociedad civil en la toma de decisiones de la Comapa. Un nuevo cuestionamiento: ¿Será una persona totalmente independiente o será alguien con afinidad política al morenismo?.
Transcurrió casi la mitad del sexenio morenista y el poder Ejecutivo y Legislativo tomaron la decisión de asumir el control de las Comapas, como si durante cerca de 36 meses las cosas no se hubieran hecho correctamente. Tal vez la mejor muestra fue la pasada crisis hídrica en donde cerca de un millón de habitantes de la zona conurbada sufrieron la falta de agua.