Una vez más el sur del estado se convirtió en el epicentro político de la entidad en donde los representantes de los grupos al interior del Partido Acción Nacional, César Verástegui y Jesús Nader, manifestaron su interés y esfuerzo por lograr la candidatura al gobierno de Tamaulipas, a pesar del negro panorama anunciado para el próximo proceso electoral, por su dirigente nacional, Marko Cortés.
Así como los blanquiazules hacían su trabajo correspondiente, el resto de los partidos políticos pusieron a sus equipos a dar seguimiento a los eventos y conocer qué traen en el "morral” y cuáles son los personajes que han cambiado de bando, sin que esto último sea definitorio. El camino es largo y tiene muchas historias por escribir.
Como si fuera un juego de vencidas, cada bando mostró su "músculo político” y a su vez presumió el respaldo de sus cuadros en un afán de incidir en el colectivo social. Tal vez sería importante que todos los interesados en lograr un bienestar por Tamaulipas, tomaran consciencia de las verdaderas necesidades de la entidad para lograr así llevar a buen puerto ese proyecto muy en riesgo de zozobrar.
La entidad necesita hoy más que nunca un digno representante, quien más allá de sus capacidades para visitar cada rincón del estado, muestre el temple y el talento para atender y resolver los diferentes problemas sociales que padece la ciudadanía, uno de ellos y el más inquietante, el asedio de la inseguridad.
Los tamaulipecos merecen más, mucho más, demandan propuestas, proyectos reales y verdaderos, alejados de las "espontáneas” manifestaciones de algunos grupos de la sociedad civil y cuyos rostros son hartamente conocidos, pues en cada proceso levantan la mano mostrando sin pudor su valioso apoyo y en la mayoría de los casos logran incidir en el resultado final, aunque ellos nunca pierden.
El tiempo se acorta y el entramado se complica, por eso es vital para cada proyecto, ser honestos de cara a la sociedad, que últimamente se ha visto está más despierta que nunca.