El puesto de la Fiscalía General de Justicia en Tamaulipas es el “más caliente” de todos los cargos públicos existentes en el estado. Desde tiempos lejanos, cuando la violencia era claro motivo de un escándalo, muy diferente a nuestros tiempos al ser “normalizado” por la sociedad civil, el cargo es una bomba de tiempo.
Anteriormente conocido como el procurador, el encargado junto con la Secretaría de Seguridad Pública del cuidado de la población y de ser impartido de justicia en los delitos de fuero común, desde un robo hasta un homicidio, previa investigación a fondo, es el villano perfecto de cualquier historia inconclusa que, en esta entidad, sobra a montones.
Hoy, con las cifras alegres de avances en la materia, en el fondo el ciudadano promedio desiste en presentar su respectiva denuncia cuando es víctima de un hecho. Una razón simple como poderosa es el tortuguismo, la exagerada burocracia y hasta un desinterés de Ministerios Públicos y el corporativo por detener a los malhechores, con claras excepciones pero sin alejarse de la controversia.
Para los Vientos de Cambio, muy cercanos a su final, se nombró a Irving Barrios Mojica. Pese a la crítica de la sociedad civil pues en el proceso interno se mantuvieron las mismas irregularidades del priismo, muchos casos sin resolverse, incluye a tres periodistas fallecidos, hasta ahora sin un solo detenido, seguirá más allá del 1 de octubre cuando arribe Morena, el grupo político antagónico del Cabecismo.
Es entonces donde los supuestos son variados sobre su gestión con Américo Villarreal Anaya como gobernador, electo en las urnas el pasado 5 de junio. Se habla de una presión incesante, constante e implacable; en tanto los panistas, reducidos a los diputados locales en el Congreso estatal, serán sus únicos defensores.
No conocemos el sentir de Barrios Mojica, con mucha tarea pendiente: nos debe quién y por qué mataron a Antonio de la Cruz, colega de Grupo Expreso y como ese, los hurtos a transeúntes, en negocios, a casas y carros, con muy pocos detenidos y procesados.
Con tantas broncas en la Fiscalía, ¿tendrá ganas de enfrascarse en un pleito con el futuro jefe del Ejecutivo estatal, todo por una cuestión política? _