Subrayando nuestro tema principal y a la entrevista realizada al senador por Puebla, Alejandro Armente Mier y que ahora continúa tendremos que enfatizar, sin duda, la referencia al cómo la pandemia del covid-19 transformó la vida de las personas en el mundo. Un virus que, a dos años de distancia, llegó para formar parte de la cotidianeidad dentro una nueva realidad donde los hábitos emergentes se convirtieron en hábitos prioritarios y permanentes, ya que el uso del cubrebocas, la aplicación de antibacterial, el lavado de manos y el guardar una sana distancia también, más que alternativas, son una necesidad de contención.
Pero más allá de esas medidas primarias, la pandemia del covid-19 evidenció la grave realidad de problemáticas de salud como la obesidad, la hipertensión y la diabetes, cuyo detonador mortal ha sido este virus que prevalece en la actualidad. Es innegable que la obesidad aumenta el riesgo de infecciones respiratorias y dificulta la función pulmonar, y esa realidad mostró un patrón emergente donde los pacientes con obesidad requerían de un ventilador por el estado de salud que presentaban en esa combinación mortal con el virus de covid-19. La investigación examinó a adultos de 18 a 64 años de edad y encontró que las tasas de obesidad mórbida están positivamente correlacionadas con las cifras de casos y muertes de covid-19; las tasas de obesidad mórbida pueden explicar 9 por ciento de la variación en las muertes de covid-19.
En México, la pandemia recrudeció lo que de por sí ya formaba parte de una de las problemáticas más grave pues en 2016, cuatro años antes de los primeros casos de covid-19, la Secretaría de Salud había emitido ya una emergencia epidemiológica por obesidad y diabetes: dos factores que al combinarse con la pandemia actual resultaron una bomba de tiempo. De los casos a nivel nacional de fallecimientos en personas con covid-19, un 43.35 por ciento de los casos presentaron hipertensión, 37.68 por ciento tenía diabetes y 34.24 por ciento presentaba obesidad.
“Fue en octubre del 2020, cuando en el Senado llamó la atención la participación del legislador poblano Alejandro Armenta, quien en el pleno puso a consideración el cruce mortal entre obesidad y diabetes con el consumo excesivo de productos procesados, como uno de los factores de mayor incidencia en la salud y, por obvias razones, la repercusión en medio de una pandemia mortal como el coronavirus”.
“En México, las bebidas azucaradas son responsables de más de 24 mil muertes cada año, mientras que en el mundo son 184 mil muertes las que se atribuyen al consumo de esos productos, equivalente al 1.2 por ciento de los fallecimientos relacionados con la diabetes, enfermedad cardiovascular y obesidad”.
“Sobre la mesa quedó que uno de los mayores problemas de salud pública que tenemos ahora en nuestro país son las enfermedades provocadas por los productos con altos contenidos de azúcar, sodio como la sal y densidad calórica, por lo que son necesarias medidas urgentes y rigurosas conducentes para la prevención de enfermedades, más en los tiempos de covid-19 que estamos viviendo”.
“De esa manera, el legislador por el estado de Puebla sostiene que, dadas las consecuencias producidas por las bebidas azucaradas en la salud de las personas, el impuesto constituye una medida de Estado para reducir su consumo y hacer un balance con las llamadas ‘externalidades negativas’, es decir, las fallas en el mercado, al destinar los recursos fiscales para financiar estrategias de prevención de la obesidad”.
“Detalla que según los datos del análisis del patrón de compra de bebidas en hogares realizado por el INSP y la Universidad de Carolina del Norte a un año de implementado el impuesto, el consumo de las bebidas azucaradas con gravamen disminuyó, aunque esto fue como una primera medida, por lo que es necesario que se actualice este impuesto”.
“Asimismo, comentó que los efectos del impuesto sobre la salud no son perceptibles a inmediato plazo, sino que éstos se presentan a mediano y largo plazo, por lo que finales de 2013 investigadores del INSP estimaron que un impuesto de 10 por ciento podría prevenir entre 400 mil y 630 mil casos de diabetes para el 2030, lo que representaría un ahorro de 3.2 a 25.2 mil millones de pesos por costos directos de atención”.
“El senador Armenta apuntó que, pese a los daños en la salud por el consumo en exceso, la gente sigue recurriendo a esos productos porque su ingesta hace que el cerebro libere una sustancia llamada dopamina, la cual genera en el organismo una sensación de bienestar, placer y saciedad, como lo ha constatado un estudio realizado por el Instituto de Investigación de Florida”. Por ello, en la compilación hecha libro de La pandemia de los edulcorantes en México que el mismo senador Armenta se ha encargado de difundir en más de 65 municipios del estado de Puebla, “es importante que se recomiende el mantener una dieta saludable basada en alimentos frescos, verduras frutas y granos enteros para contrarrestar la tendencia a un mayor consumo de productos procesados”, insiste el legislador poblano.
Reconoce el esfuerzo del gobierno de México al emprender la campaña por la alimentación saludable, donde se genera conciencia sobre el daño que ocasionan los alimentos procesados, con exceso de azucares y grasas; campaña en la que tuvo que insistir para que la difusión se hiciera en horarios estelares y de mayor audiencia para una mayor concientización de los riesgos.
“La tarea no ha sido fácil, pero tampoco ha sido y será imposible pues falta mucho por hacer”. El senador Armenta ha llamado a las Secretarías de Salud y de Educación Pública para incluir cursos sobre nutrición para los menores en este regreso a clases presencial, incluyendo a los que de manera virtual toman sus clases a distancia.
Armenta Mier refiere y sustenta esta petición: “En el derecho constitucional que los mexicanos deben tener, el acceso a una alimentación sana que formen hábitos saludables para evitar contratiempos como la diabetes y la obesidad en la población”.
“El objetivo es tener una sociedad más consciente de lo que consume, por eso fue importante replantear tanto en la Cámara de Senadores como en la de Diputados, la importancia de difundir los derechos a una alimentación adecuada para evitar enfermedades mortales”.
Alejandro Armenta Mier cuenta con 33 años de trayectoria social y pública, nació el 9 de julio de 1969 en Izúcar de Matamoros, Puebla. Es licenciado en Administración Pública por la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla y maestro en Administración Pública de Calidad en la Gestión Pública Local por el Instituto de Administración Pública, en Puebla. Se encuentra cursando el doctorado en Administración Pública por el INAP. Actualmente es senador, representa al estado de Puebla y a la coalición Juntos Haremos Historia y le honra ser el primer poblano en presidir la Comisión de Hacienda y Crédito Público.
Víctor Bacre Parra