En México, varios niveles de gobierno tienen un papel que desempeñar en el diseño e implementación de programas de políticas y leyes que respaldan la salud pública. Por ejemplo, el nivel federal es responsable de desarrollar políticas en apoyo de la salud pública, proporcionar fondos para la salud pública, recopilar y compartir datos e información para ayudar a los estados a tomar decisiones informadas e idealmente también proporciona algunos servicios directos.
Algunos ejemplos ya extintos, son Prospera y Seguro Popular, que garantizaban atención médica a segmentos vulnerables de la población, incluidas las pruebas de detección preventivas. Ahora, a nivel estatal, los estados seleccionan e invierten en áreas de salud que son una prioridad para su población.
Por ejemplo, algunos estados pueden implementar leyes o impuestos para limitar la ingesta de bebidas azucaradas o tabaco, cosas que son malas para nuestra salud. Otros estados pueden invertir en programas de vecindarios saludables para limitar la exposición de las comunidades a toxinas, para mejorar la seguridad, la accesibilidad para peatones y la actividad física. De igual forma, otros estados pueden invertir en programas de seguro médico ampliados para ayudar a todos a tener acceso a proveedores de atención médica para prevención y tratamiento.
Finalmente, en el área local, las ciudades, municipios o alcaldías tienen oportunidades para desarrollar e implementar programas en cada una de estas áreas prioritarias. En muchos casos, los líderes de salud pública trabajarán con los miembros de la comunidad para adaptar los programas que se sabe que son efectivos para que sean de interés y utilidad para la población local.
A nivel nacional, la Cofepris regula todos los medicamentos y suplementos que se comercializan en el territorio nacional. Por ejemplo, revisan los datos de los estudios de investigación para aprobar tratamientos como vacunas, dispositivos médicos, medicamentos recetados e incluso medicamentos de venta libre. Los Institutos Nacionales de Salud lideran la investigación biomédica que nos ayuda a comprender las enfermedades, cómo prevenirlas y cómo tratar o curarlas.
Actualmente el plan DN-III-E está definido según la página del gobierno como: “Un instrumento operativo militar que establece los lineamientos generales a los organismos del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos, para realizar actividades de auxilio a la población afectada por desastres de origen natural o humano, optimizando el empleo de los recursos humanos y materiales para su atención oportuna, eficaz y eficiente; apoyando además, en la preservación de sus bienes y entorno.”
Por ejemplo, esta es la unidad que supervisó una parte del arsenal nacional estratégico de donde provienen muchos de nuestros equipos de protección personal y ventiladores durante la epidemia de covid-19.
La Secretaría de Salud es la agencia de salud pública líder en nuestro país y de la mano del IMSS e ISSSTE hacen muchas cosas. Recopilan datos sólidos y confiables para ayudar a mostrar donde existen necesidades y éxitos de salud pública; desarrollan programas y políticas basados en evidencia que los estados pueden adoptar y adaptar para mejorar la salud de su población; proporcionan subvenciones y fondos a los estados y las ciudades para poder ofrecer programas y servicios y brindan asistencia cuando los estados necesitan más manos a la obra para ayudar a abordar una crisis de salud pública.
Cuando mire a su alrededor y piense en la salud en su comunidad, es bastante probable que al menos algunos de los programas o servicios estén respaldados por el gobierno federal o estén informados por él. Están muy comprometidos con hacer que los datos, los programas y la orientación estén disponibles para que todos tengamos la capacidad de aprender y tomar decisiones informadas.
Entonces, en lo que trabajamos como profesionales de la salud, por qué trabajamos en todo esto, es en última instancia, luchar por lograr la verdadera justicia social; significa eliminar y desmantelar cualquiera de las barreras que existen. Cada comunidad es diferente y cada comunidad tiene diferentes barreras para llegar a un lugar de equidad, pero si trabajamos juntos para eliminar esas barreras y encontramos formas de que las personas comiencen o trabajen desde ese campo de juego equitativo, entonces podremos asegurarnos de que las personas tengan acceso equitativo para lograr una salud óptima.
* Elautor es médico investigador del movimiento Ciencia Previene Violencia, una iniciativa del Instituto de Salud Pública Anáhuac, Universidad Anáhuac México