‘’La mente crea el abismo, y el corazón lo cruza’’ Nisargadatta Maharaj.
Tengo el recuerdo de mis vínculos más elocuentes y reveladores en aquel viaje a la India que me sacudió, me rompió y me reedificó. Ese conflicto interno cuando finalmente pisé la tierra que tanto ansié y a la misma vez el intruso sentimiento de un corazón decaido y melancólico. Mi mente y mi corazón no se entendían. Escuché en repetidas ocasiones la frase que tanto mencionan los gurus ‘’sigue a tu corazón’’ en ese momento me sonaba demasiado hermosa y romántica para ser real.
Hoy noto que la historia, las culturas y religiones se han referido al corazón como el centro de sabiduría y amor, pero muchos no sabemos sobre su significado profundo. No sabemos que las famosas “corazonadas” son información valida y pertinente que nuestro órgano cardinal nos esta otorgando.
¿Les pasa que en situaciones tomamos (buenas y acertadas) decisiciones que no están conducidas por la razón? o tendemos a confiar más en ciertas personas que en otras porque intuitivamente nos mueve una corazonada.
Neurólogos y psicólogos de las universidades de Harvard, Yale y Pricenton, han descubierto una concepción nueva del inconsciente, el responsable de nuestras decisiones.
Aunque por muchos años la ciencia había ignorado sobre la existencia de neuronas en el corazón, en 1994 se descubrió que poseemos 40 mil células llamadas neuronas sensoriales especializadas en el corazón humano. Son similares a las células del cerebro pero se ubican en el corazón y piensan, recuerdan, aprenden de manera independiente. Es como si tuviéramos un pequeño cerebro en el corazón.
Después de leer sobre este tema, me hace sentido el haber estado en lugares asombrosos que fueron el escenario idóneo para indagar en la oscuridad, en la soledad, en el desértico espacio donde el corazón es la única voz. De esto me surgen preguntas: ¿qué es más confiable, la inteligencia cerebral o la del corazón? ¿qué diferencias tienen? ¿pueden coexistir y complementarse para decisiones más completas e integrales? Si aun no sé como usar la inteligencia del corazón como podría aprenderlo y en qué me beneficiaría?
A mi me ha resultado interesantísimo aprender, a estas alturas de mi vida, que existen elementos científicos para entender que el corazón y el cerebro se pueden organizar en la búsqueda de una coherencia personal; me hace querer explorar más lejos.
Expertos dicen que es fácil lograrlo a través de una respiración centrada en el corazón, meditaciones en bondad y compasión, aunque incluso muchas veces suele ocurrir por casualidad. Es una conversación muy interesante que optimiza la conexión con el corazón y el cerebro. Postulan que vivir en un estado de coherencia optimiza todos los sistemas, rendimiento y capacidad de saborear y disfrutar la vida. En varios países las técnicas de coherencia ya se emplean en atletas, marinos y personas de alto rendimiento.
Si el corazón comienza a latir en el feto antes de que el cerebro se haya formado, es motivo para honrarlo y darle el lugar que por naturaleza merece.
¿Cuántas cosas en la vida las hacemos pensando mucho en el deber ser, (by de book) el qué dirán o buscando la aceptación de otros, abandonando la valiosa información que tiene el corazón para nosotros? Es preciso ser valiente para experimentarlo, tomarlo en cuenta aunque en ocasiones nos desgarra, pero también acierta y nos libera.
Incluir conscientemente la dimensión de la inteligencia del corazón promete más gozo pero también más capacidad de sentir y eso lleva a una responsabilidad mayor. ¿Como sería entonces, un mundo habitado por humanos responsables emocionalmente que sienten y gozan más?
Sería maravilloso aprender a generar equilibrio cada vez que lo necesitemos en nuestras labores del día a día, en nuestros proyectos, si logramos prevenir el estrés que afecta nuestra claridad mental y capacidad de discernimiento, la opción será responder creativamente a desafíos personales incorporando esta nueva inteligencia emocional.
Esta mirada panorámica al vasto universo de las neurociencias permite ver más allá de las tendencias y disciplinas, la ciencia de coherencia se basa en los procesos de la inteligencia cardiaca. El corazón tiene la llave para activar el estado de coherencia, nos recuerda que tenemos un potencial dentro de nosotros que normalmente no hemos reconocido en el pasado.
Si el amor a través del deseo es lo que nos trajo a este mundo, también nos da la bienvenida al riesgo exquisito de vivir.
En un mundo tan cambiante, estaremos mejor equipados para enfrentar los cambios de una manera saludable. Tal vez es tiempo de comenzar a “escuchar” la belleza natural de nuestra inteligencia del corazón.
Verónica Sánchez