Romper con lo ya existente es una de las premisas que ha llevado a que varios biohackers exploren la posibilidad de mejorar o intensificar las funciones del cuerpo humano. Uno de ellos es Rich Lee, un estadunidense de 40 años del que se habla en una nota muy interesante publicada en el portal C/Net en español. Él explica: “Aceptar sin cuestionar lo que nos dio la naturaleza es un acto innecesario de sumisión y obediencia”, y por ello se ha implantado imanes en el cartílago de sus orejas para que funcionen como audífonos y quiso colocar placas metálicas en sus pantorrillas para que funcionaran contra caídas o golpes en el futbol.
Se les llama grinders a quienes usan sus propios cuerpos como laboratorios. Lee es uno de ellos y creó el Lovetron9000, un vibrador implantado en la base del pene. “Es un mejora marginal a la condición humana de mierda”, explica al portal y cuenta que su invento posee el tamaño de una batería GoPro de iones de litio. Aún no lo implanta, pero espera hacerlo pronto en él mismo.
Su principal reto es conseguir que el pequeño vibrador resista la actividad erótica sin que se fracture su revestimiento. Cuando esté listo, buscará que un artista en modificaciones corporales sea quien lo coloque y no un médico, pues parte del encanto es que siga siendo una opción underground.
Una chica cybersexy
Quien puso las minúsculas bocinas en las orejas de Lee es Steve Haworth, de los primeros en trabajar con implantes subdérmicos y transdérmicos en genitales femeninos, mismos que fueron modelados por Samppa Von Cyborg, uno de los hombres que más modificaciones se ha hecho en el mundo.
Él trabajó en Aneta, su esposa y la primera mujer que ha modificado su clítoris para disfrutar de más orgasmos y sentirlos en el momento en que lo desee. Le puso un implante electromagnético que se tuvo que quitar tiempo después porque debía pasar por un escáner de resonancia magnética y no deseaba lastimarse.
Cuando lo llevaba en su interior, cualquier interacción con algo eléctrico le generaba placer. Encender el auto, estar cerca de la consola de sonido en un concierto, estar junto a determinados electrodomésticos representaba una nueva aventura erótica.
A favor de su uso se encuentra la posibilidad de, como ellos dicen, ampliar la potencia del placer, mejorando lo que la naturaleza dio. En contra, se menciona el riesgo de una infección, la fiabilidad de las baterías que, a fin de cuentas, estarán dentro de un organismo, y las posibles molestias al portarlos permanentemente. “Es necesario explorar los límites de lo humano”, dice Von Cyborg. Habrá que ver qué tan pronto llega esta realidad a nuestros cuerpos.
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Colores en el flujo femenino
Las mujeres solemos tener síntomas cuando algo no anda bien en nuestra salud genital. En el caso de las infecciones, uno de ellos se relaciona con el flujo vaginal, cuyo color nos puede dar una idea de lo que nos sucede.
Les comparto aquí una breve guía de los colores comunes y sus causas.
Generalmente contiene sangre coagulada, la cual puede estar relacionada con algún excedente de la menstruación pero también con traumatismos, cuerpos extraños e infecciones, aunque se le ha relacionado con el cáncer y con la implantación de un óvulo fecundado, así que es muy importante visitar el consultorio médico.
2. Color blanco.Si es blancuzco, fino y poco, puede ser normal. Algún cambio en el PH o por la fase del periodo menstrual. Si es más grumoso, como leche cortada, se pega a las paredes vaginales y da comezón podría estar relacionado con la cándida. En este caso es posible probar con los óvulos de venta libre en farmacias para esta infección por hongos. Si después de tres días de tratamiento no hay mejoría, es necesario visitar al médico.
3. Color gris. Espeso, grisáceo, con dolor y picazón, podría tener su origen en la candidiasis también. Los óvulos podrían servir. Si hay un olor fuerte, diferente al común, quizá se trate de vaginosis. ¿Consulta médica? Sí, para agilizar la mejoría. Otra posibilidad es que sea un germen llamado gardnerella y hay que atacarlo.
4. Color amarillo.Nos dice que unos parásitos conocidos como tricomonas podrías estar haciendo de las suyas. Lo mismo si se torna verdoso, con dolor durante el coito, con hedor, ardor y comezón. Otra posibilidad es que sea gonorrea o clamidia, así que es importante correr con una doctora o doctor. El tratamiento es sencillo, pero necesario.
