En la actualidad, al capitalismo se le ha culpado como el sistema que ha generado la mayor cantidad de pobres y disparado la desigualdad social.
Sin embargo, también es un hecho que el capitalismo ha sido el sistema económico que más riqueza ha creado en las naciones.
En el libro Capitalismo consciente (2016), John Mackey y Raj Sisodia, sus autores, plantean la posibilidad de generar riqueza y al mismo tiempo lograr una sociedad más igualitaria cuando se logran cumplir los siguientes cuatro aspectos: un propósito digno, una integración de todas las partes afectadas por su actividad, un liderazgo consciente y una cultura y gestión consciente.
Los autores defienden que la integración de estos factores permite obtener un beneficio de largo plazo en organizaciones sostenibles que sirvan tanto a los intereses de la sociedad como a los de la empresa.
Esta propuesta establece una nueva economía con un propósito superior más centrado en el bienestar de las personas, de las comunidades y de la naturaleza que da lugar al nacimiento de empresas que no buscan ser las mejores del mundo, sino ser las mejores para el mundo, lo que implica trabajar con valores sólidos que se transmitan a todos los grupos de interés: líderes, trabajadores, proveedores, accionistas, clientes y comunidades.
Mackey y Sisodia establecen que “los negocios son buenos porque crean valor, son éticos porque se basan en un intercambio voluntario, son nobles porque pueden elevar nuestra existencia y son heroicos porque pueden sacar a las personas de la pobreza y crear prosperidad”.
Por lo tanto, los negocios no se limitan a la creación del valor económico, sino que su participación es mucho más extensa.
De los cuatro aspectos mencionados, se parte del sentido del liderazgo, que se refiere a que los directivos tengan claro cuáles son los valores que funcionan en su empresa para establecer una profunda relación con su integridad personal.
Un líder armónico logra unificar a los trabajadores alrededor de un propósito superior, a quienes contagia y expande estos valores.
En forma pragmática, es encontrar un objetivo elevado que exprese de qué forma la empresa está sirviendo a la sociedad y al mismo tiempo lograr satisfacer las necesidades de su cliente.
La formación de este liderazgo apunta a mediar en cada uno de los participantes para que tenga un cambio interno; un cambio que se produzca desde dentro hacia fuera, porque es la forma de lograr un cambio real, irreversible y sostenible.
Y para lograr esta transformación profunda es necesario detenerse a reflexionar en lo que sucede, se requiere meditar para estar presente y discernir entre los valores vacíos de los sustanciales.