Política

Aprendizaje emocional

Si bien el tema de manejo de las emociones ha recobrado fuerza en los últimos tiempos, la crisis sanitaria que hoy padecemos lo pone en la mesa como tópico relevante para la reflexión individual y social. 

Las emociones juegan un papel primordial en el desarrollo cognitivo, físico, cultural y social de las personas, pues son inherentes a la condición humana desde los primeros años de vida. 

En Google se encuentran dos significados para el término “emoción”: el más simple tiene que ver con “el impulso que conduce a una acción”, mientras que desde la psicología se le denomina como “el sentimiento o percepción de los elementos y relaciones de la realidad o la imaginación”.

Khamlichi (2021) argumenta que quien comprende, controla y expresa sus emociones de manera coherente con lo que sucede a su alrededor es alguien que ha desarrollado un aprendizaje emocional. 

De acuerdo con este autor, el proceso inicia en la infancia, acompañado por el núcleo familiar, espacio donde niñas y niños se entrenan en las relaciones interpersonales. 

Requiere de un ambiente seguro y confiable para que se sientan libres, así como de reglas que les ayuden a entender la importancia de la disciplina, la tolerancia y el respeto para cuando empiezan a interactuar con otros infantes. 

Es entonces que se presenta la oportunidad de ver y responder a las emociones de los demás; se pone en práctica y se amplifica lo aprendido en el hogar.

El aprendizaje emocional es entonces un proceso que diariamente pone a prueba la capacidad personal para entender cómo lo que sucede en el entorno afecta al individuo, pues de ello dependerá la forma en la cual controle sus mociones internas y cómo las manifieste para un óptimo desarrollo intelectual, emocional y, por ende, social.

El inminente regreso a las aulas pondrá de manifiesto la habilidad de docentes, estudiantes y directivos de todo tipo de educación formal para hacer frente a un cúmulo de emociones personales y colectivas que podrían diferir los objetivos de aprendizaje a lograr. 

No se puede ignorar el dolor por tanta muerte sufrida, el miedo por la amenaza a la salud, la intranquilidad por los problemas económicos, la impaciencia por volver a la normalidad conocida o la responsabilidad que conlleva el cuidado propio y el cuidado del otro. 

Son muchas emociones que confluirán dentro del aula, así que debemos estar preparados para comprenderlas, manejarlas y expresarlas. 

Es decir, el aprendizaje emocional deberá ser un propósito permanente, al menos mientras nos reorganizamos para ser una sociedad más justa y solidaria.

Nadie lo pidió o esperó, pero ha sido necesario sufrir la pandemia para comprender lo vulnerable que son nuestras emociones. 

El aprendizaje emocional es sin duda un objetivo clave del sistema educativo, y quizá será el más importante, pues reprimir los sentimientos provocará problemas más serios, como los relacionados con la salud mental.

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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