La vicepresidenta de los Estados Unidos, Kamala Harris, cerró su primera gira internacional este lunes con una visita a la Ciudad de México. Este importante gesto diplomático refleja el nivel prioritario y el excelente estado de las relaciones entre nuestros países. Cuando ocupaba la oficina de Harris, el propio presidente Joe Biden viajó a México en 2014 como emisario directo del entonces mandatario estadunidense Barack Obama. La ahora vicepresidenta hace lo propio al venir a externar las prioridades del nuevo gobierno de Estados Unidos y a recoger las impresiones del presidente Andrés Manuel López Obrador en los temas fundamentales de la relación.
A esta visita la preceden otros encuentros de alto nivel. La semana pasada, el canciller Marcelo Ebrard se reunió con su homólogo Antony Blinken en Costa Rica; un diálogo que acompañó el director general para América del Norte, Roberto Velasco. Asimismo, los presidentes de ambos países, acompañados de parte de sus gabinetes, tuvieron una videollamada a principios de marzo, la segunda con otro mandatario para el presidente Biden. Contrario a lo que varios analistas siempre vaticinan y erran, el encuentro fue un gran éxito. Además de una buena química personal e importantes coincidencias ideológicas, se notó el avance del trabajo bilateral.
En esta ocasión, se afianzó la alianza binacional para atender las causas de raíz de la migración y procurar que los flujos sean seguros, ordenados y regulares en nuestra región. Destacó la firma de un memorándum de entendimiento con el que ambos países impulsarán el desarrollo sustentable en el sur de México y el norte de Centroamérica mediante proyectos en materia ambiental, agrícola y de equidad de género. En este mismo sentido, los dos gobiernos se comprometieron a desarticular las organizaciones de trata de personas, mediante la coordinación bilateral y el intercambio de información.
En la reunión, se reiteró el compromiso de México de avanzar con su histórica reforma laboral, que asegura y protege los derechos de los trabajadores al tiempo de impulsar la competitividad regional. La vicepresidenta Harris dio a conocer que el gobierno de Estados Unidos destinará 130 millones de dólares durante los próximos 3 años para apoyar la instrumentación de la reforma, así como para reforzar la protección y defensa de los trabajadores mexicanos en territorio estadunidense.
En este ámbito también se informó que se reanudará el Diálogo Económico de Alto Nivel (DEAN) para septiembre de este año, a fin de aprovechar al máximo las oportunidades comerciales y de inversión que ofrece el T-MEC. Dado que en ocasiones anteriores el entonces vicepresidente Biden encabezó reuniones del DEAN, es posible que Harris participe en los próximos eventos de este mecanismo de cooperación económica y regrese a México con el objetivo de seguir profundizando los esfuerzos bilaterales en este y otros temas relevantes.
No menos importante fue el interés mostrado por el gobierno estadunidense en el avance del caso Ayotzinapa, tema por demás prioritario para el presidente López Obrador. Al respecto, ambos gobiernos acordaron ampliar programas de cooperación en capacitación forense y respaldar el trabajo de la Comisión Nacional de Búsqueda de México.
La relación bilateral entre México y Estados Unidos está en un gran momento y la visita de la vicepresidenta es testimonio de ello. Contrario al diagnóstico de algunos, la relación entre los presidentes López Obrador y Biden, como las de sus equipos, es mejor y más cercana. El avance en los temas de mutuo interés es tangible y beneficia a los ciudadanos de ambos países. En palabras de la vicepresidenta, “cuando a un país le va bien, también al otro”. Mientras el mundo se prepara para salir de la pandemia de la COVID-19 en los próximos meses, México y Estados Unidos siguen trabajando para hacer de América del Norte la región más próspera y competitiva del orbe.
Por Daniel Millán* y Alejandro Basurto**
* Jefe de Oficina del secretario de Relaciones Exteriores
** Director general en la Oficina del secretario de Relaciones Exteriores