Sociedad

La arquitectura en tiempos del covid-19

Sin duda alguna, el 2020 será recordado como uno de los años más convulsivos de la época moderna. El coronavirus SARS-CoV-2 que causa la enfermedad pulmonar covid-19 alteró el orden establecido en todas las naciones que componen el planeta tierra.

Junto con la crisis sanitaria, la crisis económica obligó al ser humano a reestructurar su manera de vivir y de comportarse con respecto a su medio ambiente y a la sociedad en general. Conceptos como distanciamiento social, gel desinfectante y home office tal vez no se irán nunca del vocabulario cotidiano de las personas. Así pues, entornos comunes tales como los edificios deben adaptarse a esta nueva realidad y ofrecer la seguridad y confort para lo que fueron diseñados.

En un principio, los tres grandes conceptos de confort interior en edificios (térmico, lumínico y acústico) se veían como suficientes para brindar el bienestar necesario a sus habitantes. Fue con la presencia de una pandemia similar en 2002 en el sudeste asiático producida por el virus SARS-CoV, en adición a otros retos tales como el aumento de enfermedades respiratorias debido al consumo desmedido de tabaco en interiores, que los gobiernos empezaron a tomar medidas para procurar lo que ahora se conoce como la calidad del aire interior (IAQ, por sus siglas en inglés).

El principal objetivo de este término de confort es proveer de aire limpio, sin la presencia de contaminantes físicos, químicos o biológicos, en el interior de las edificaciones. Actualmente, la calidad del aire interior tiene que ser aplicada de una manera precisa y suficiente.

En este sentido, las arquitectas y arquitectos deben ser capaces de garantizar los cuatro términos de confort interior (térmico, acústico, lumínico y calidad del aire interior) en los espacios construidos, haciendo hoy más que nunca énfasis en suministrar aire limpio que no amenace la salud de sus ocupantes.

Para tal propósito, existen ya diferentes metodologías de filtración, ventilación y purificación, ya sean activas (consumiendo energía) o pasivas (con un mínimo de consumo energético). Estas metodologías son tan simples como la ventilación natural controlada, o tan complejas como la eliminación de agentes biológicos (incluidos los virus SARS) con rayos ultravioleta o la ventilación mecánica con variación de volumen de aire.

Por lo tanto, es ya necesario establecer lineamientos de enseñanza de estos temas en la disciplina de la arquitectura a nivel pregrado y posgrado, con base en conocimientos científicos, tal como se hizo con la todavía incipiente enseñanza de la sustentabilidad en los edificios. Esto ayudará a diseñar espacios que coadyuven en el objetivo de alcanzar edificios donde la gente viva y trabaje saludablemente, sin la amenaza de disminuir su eficiencia productiva o sentido de bienestar, en el mejor de los casos.

Las soluciones para alcanzar un ambiente libre de contaminantes pueden ser consultadas a través de las guías de la Sociedad Americana de Ingenieros en Calefacción, Refrigeración y Aire Acondicionado (Ashrae, por sus siglas en inglés) o la Federación de Asociaciones Europeas en Calefacción, Ventilación y Aire Acondicionado (Rehva) en sus capítulos de confort en el ambiente interior.

IVÁN OROPEZA PÉREZ
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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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