En 4 de cada 10 países del mundo, el ser homosexual es un delito castigado desde la cárcel hasta con la muerte.
La comunidad LGBT+ ha luchado por obtener sus derechos a la vida privada, a la educación, al trabajo, a cuestiones jurídicas, a la atención médica y a la libre asociación y expresión.
Sin embargo, la baja aceptación ubica a esta población en un riesgo latente porque en el mundo todavía hay más de 70 países que castigan con cárcel o penas físicas por pertenecer a esta minoría.
Existen organismos como Amnistía Internacional, que trabaja desde 1991 por las relaciones afectivo-sexual de la comunidad LGBTI (Lesbianas, gays, bisexuales, transgénero e intersexuales) que en muchas partes no son aceptados.
La sexualidad es una de las características del ser humano que lo hace diferente a otros seres vivos y le permite su desarrollo en aspectos físicos y emocionales.
Lo cierto es que vivimos realidades profundamente desiguales, no solo en cuestiones económicas, también en temas de inclusión.
México es uno de los 15 países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos(OCDE), que incluyeron en una encuesta con representatividad nacional una pregunta sobre si las personas se identifican como: heterosexuales, homosexuales o bisexuales. De acuerdo con el INEGI, el porcentaje es de 1.9% de una población conformada por más 127.8 millones de habitantes.
Para Sigmund Freud, todo ser humano transita por las fases del desarrollo psicosexual, por lo que, a lo largo de la vida, los individuos muestran conductas que son vestigios del paso por cada una de éstas.
Cómo puede alguien desarrollar su sexualidad cuando el 54% de la población LGBT+ sufre acoso durante la adolescencia, según cifras de la UNESCO.
Con la pandemia, a este grupo se le ha restado visibilidad y ha sufrido más violencia y abandono debido al aislamiento.
Aún las sociedades más progresistas están lejos de la igualdad, porque existen sectores que aún rechazan a los integrantes de este sector.
En el mes del orgullo LGBT+, la tarea es imaginar un mundo más inclusivo, en donde todos puedan desarrollar y expresar libremente su personalidad y sexualidad en el marco del respeto, la aceptación y la legalidad.
Miriam Colín