Política

Incendios forestales, sequías y el agua en la bolsa de valores

Aunque no es evidente, existe una conexión entre tres sucesos recientes aparentemente desconectados: los incendios forestales y la sequía con la aparición del agua en la bolsa de valores. Los incendios han sido muy frecuentes en los últimos días en diferentes zonas del país, en parte debido a las condiciones meteorológicas y provocados en general por descuidos humanos. En Nuevo León se registraron dos incendios en Galeana, uno en Zaragoza y el de mayor impacto se presentó en la Sierra de Santiago. En abril se han reportado otros incendios forestales en la parte alta de la sierra del municipio de Rayones y en el municipio de Linares. Las afectaciones que se tienen por esos incendios se reflejan, en cientos de habitantes afectados directamente y grandes áreas deforestadas. Solo en el caso de la Sierra de Santiago se afectaron más de 8 mil hectáreas con la pérdida de cobertura forestal. Además de los costos para su control, los efectos de los incendios forestales tienen efectos directos tales como pérdida de fauna, pérdida de la vegetación y disminución de la materia orgánica. Por otro lado, los efectos indirectos van desde la erosión del suelo, la contaminación del agua de represas y el arrastre de suelo. El ciclo hidrológico de una cuenca se puede ver afectada después de un incendio forestal debido a los cambios en las propiedades del suelo, las cuales causan una disminución en las tasas de infiltración, menor disponibilidad de agua y un aumento en la velocidad de escurrimiento. Una consecuencia indirecta de los incendios forestales es una menor disponibilidad de agua subterránea.

Por otro lado, en esta semana se informó por la Comisión Nacional del Agua (Conagua) que el 70% del territorio de nuestro país se encuentra en sequía que va de moderada a extrema. Por regiones, la región noreste es la más afectada, pues registra volúmenes de almacenamiento en sus presas del 68% del promedio histórico. Se estima que la sequía afectará a la agricultura en el ciclo 2020-2021 en más de 522 mil hectáreas, principalmente en los estados de Coahuila, Nuevo León (Distrito de Riego DR 004) y Tamaulipas (DR 050), pues no se tiene disponibilidad de agua en presa internacionales; otros estados afectados son: Chihuahua, Guanajuato y Sonora, a los que solo se les autorizó usar poco más de la mitad (55%) del volumen histórico. El consumo humano también ha sido afectado por la falta de disponibilidad, los principales estados afectados han sido en este año: CdMx, Durango, Estado de México, Jalisco, Michoacán, Sonora y Veracruz.

En otro hecho aparentemente lejano, una noticia ha causado reacciones de alarma en las redes sociales: el agua comenzó a cotizar en Wall Street. En realidad, lo que parecía algo nuevo y repentino ha sido resultado de un proceso. En septiembre del año pasado, los incendios forestales devastaron la costa oeste de los Estados Unidos. El estado de California, que es el mercado agrícola más grande de Estados Unidos, había padecido una sequía de ocho años. Los grandes productores agrícolas (p.e. de almendras) que necesitan de grandes cantidades de agua habían enfrentado fuertes incrementos de los precios por derechos de agua, debido a su escasez. Es por ello que en octubre de 2018 se lanzó el índice conocido como Nasdaq Veles California y en diciembre de 2020 se empezaron a cotizar oficialmente contratos futuros de aguas basado en el índice en la bolsa de valores de Nueva York. Aunque podría asumirse que grandes volúmenes de agua se moverán en el mercado internacional la realidad afortunadamente es distinta: los contratos de futuros basados en el índice de bolsa son específicas para cuatro regiones de California: la Cuenca Central, Cuenca del Chino, Cuenca Principal de San Gabriel y la subárea alta de la Cuenca de Mojave. Los precios de esos contratos no tienen ninguna implicación en las tarifas de agua potable o los precios por derechos de usos (donde existan) de otros países. En México no existe un índice de precios ni tampoco la libertad de cambiar los usos establecidos para derechos de agua concesionados por la Conagua, en suma no existe un mercado de derechos de agua y por lo tanto no puede haber un impacto de los precios de futuros en la bolsa.

Más allá de la nota de alarma que puede significar la generación de un mecanismo de especulación basada en el agua, es interesante ver que su origen se explica por fenómenos que afectan la región. El noreste se caracteriza por la escasez de agua y la sequía, y los incendios son fenómenos recurrentes. Por lo tanto, las medidas de cuidado del recurso (p.e. programas de concientización ambiental, un uso eficiente, reuso, la recarga de acuíferos) deberían ser permanentes y no recurrir a ellas solo en emergencias. Como vemos en el caso de California, una valoración solamente económica del agua en condiciones de escasez agravada por incendios y sequía ha llevado a que los derechos por su uso coticen en la bolsa de valores. Si no valoramos el agua y aplicamos esa valoración en su cuidado no debemos sorprendernos de que el mercado se ocupe de fijarle precio.


Ismael Aguilar-Benítez

El Colegio de la Frontera Norte, sede Monterrey


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