En el arranque de las campañas electorales, el mensaje de los candidatos debe ser contundente, sin ocurrencias. Puede ser una narrativa simple pero con impacto en la vida de los electores. Actualmente estamos en tiempos pandemia, ansiamos soluciones, en momentos dónde los problemas del país parecen no poder resolverse, gobiernos de todos los niveles, incapaces de atender las necesidades básicas de las personas, leyes que parecen ir en contra de la ciudadanía, el dinero público se esfuma sin que la población perciba beneficios.
Pero, vemos ocurrencias, campañas políticas improvisadas. El timing político se ha perdido, los aspirantes a gobernar deben primero comprender las necesidades, posicionar su valor como aspirantes al poder, mostrando sus virtudes, capacidades, experiencias, fortalezas. Después debemos comunicar, con esas características que va a hacer una vez que sea electa, ahí entra el plan de gobierno, es decir, la propuesta de cómo pretenden solucionar los problemas de las comunidades, los dolores de las personas.
Dado este contexto, en momentos de muchos problemas proponer soluciones debería ser algo lógico y obligado en las campañas políticas, si los candidatos o candidatas de verdad valen la pena deberían poder atender por lo menos uno de los grandes problemas de sus comunidades, y su trabajo en campaña tendría que estar elaborado de piezas de comunicación que digan cómo va a hacerlo.
La pregunta es ¿por qué en vez de comunicar mis capacidades y la forma en que voy a solucionar los problemas estoy haciendo ridículos y comunicando la frivolidad? Es una falta de respeto para la ciudadanía, los políticos en campañas comen, ríen, bailan, salen de ataúdes, gritan groserías, hacen tiktoks, se pelean, atacan… hacen todo menos comunicar lo importante, para muchos es más relevante hacer una estupidez que hablar de sus capacidades o propuestas.
Todos y todas ellas no merecen gobernar, esas ocurrencias serán las mismas que implementarán en sus gobiernos o legislaciones, esos asesores serán la gente que los acompañe si ganan, ese será el nivel de importancia que den a sus encomiendas públicas, que, dicho sea de paso, son encomiendas que nos cuestan muy caras.
Las ocurrencias surgen de gente ignorante que no sabe qué es la comunicación política, de personas frívolas que no entienden que detrás de ganar una campaña está la vida de mucha gente que será impactada con ese gobierno o actividad legislativa, y esas personas pueden ser hasta consultores políticos, gente que busca llamar la atención, pero no beneficiar a los pueblos.
Estas ocurrencias han denigrado a la política en general y a los políticos llegando al punto de atentar contra su propia dignidad. Esperemos que la forma y el fondo de la comunicación de estas campañas sea un factor para que la gente elija a sus representantes y gobernantes.
La comunicación política bien hecha puede y debe ser un factor de la democracia, es un elemento que permite la selección de las mejores personas y los mejores proyectos para el beneficio de los pueblos, ojalá recobre su dignidad.
Alfredo Salazar Olivera
