La posverdad es un término derivado de la traducción post-truth, palabra del año en 2016 por el Oxford Dictionaries. El significado de este término se refiere a algo que denota unas circunstancias en la que los hechos objetivos son menos influyentes que las emociones y las creencias personales. De esta forma, para influir en la opinión pública debe enfocarse en la elaboración de discursos fáciles de aceptar, insistir en lo que puede satisfacer los sentimientos, las creencias de su audiencia, más que en los hechos reales.
Y para no ir tan lejos, al inicio de la pandemia en México, fuimos testigos de la forma en que el presidente de nuestro país tomaba una medalla y de forma, sarcástica, nos decía que el coronavirus no podría contra el poder divino que emulaba de ese objeto. Así, creyentes de diversas religiones pudieron estar, casi, seguros que el cubre bocas era nada más que un tema más, un invento más.
Este hecho sucedió en el momento que la Organización Mundial de la Salud declaraba que la covid-19 era un virus de alta transmisión, y que cubrirse la boca y nariz era fundamental para no contraerlo. No obstante, los datos científicos no fueron importantes, ni tomados en cuenta, pues la medalla del presidente nos daba la esperanza, nos brindaba la “sensación” de gran protección.
Quién diría que meses después, el mismo presidente que “nunca portó” o portará el cubrebocas, era diagnosticado con covid-19. Pero, ¿qué no funcionó la medalla?. El misterio posiblemente se resuelva en unos 20 años cuando salga a la luz algún documento perdido que alguien por “equivocación” decida publicar.
Lo más interesante y necesario de destacar es una de las frases que el presidente nombró cuando se dio a conocer un video donde lo veíamos caminar por las alfombradas escaleras de Palacio Nacional. Después de presenciar que respiraba y tenía la capacidad para seguir andando, miró fijamente a la cámara y dijo “gracias a la ciencia”.
¿Era posible que eso sucediera? Meses antes, la medalla, esa medalla que superaba cualquier dato o hallazgo científico, ahora quedaba en el olvido. Y de paso, también quedaba en el olvido la posverdad, aquella que hizo que la población se decantara por decir que el coronavirus incluso no existía.
Tal parece que al inicio de la pandemia aquel discurso de la medalla fue fácil de elaborar, fácil de creer y por supuesto fácil de generar emociones en la población. Definitivamente, un regalo informativo lleno de posverdad.
Sin embargo, la ciencia, sí aquella que pareció desvanecerse, prevaleció, resistió y demostró que la investigación, la rigurosa metodología para detectar y contrarrestar el coronavirus sí ha sido importante, necesaria y confiable.
Por esta razón, más allá de enfocarnos en el discurso de nuestro actual gobernante, es importante tomar en cuenta la capacidad crítica de la población en México, la cual parece que es muy deficiente o al menos no desarrollada.
Es así que los científicos, los medios de comunicación, los periodistas más que sólo mofarse de las experiencias de las “conferencias matutinas”, de los nuevos términos o de los mensajes que el ahora presidente hizo en Twitter hace más de seis años, realmente brinden la población de una interpretación de la realidad, que le permita tomar decisiones que vayan en función de su salud.
En conclusión, de que portar un cubre bocas es el verdadero hecho que nos puede diferenciar de estar entre la vida y la muerte.
LOURDES MATEOS