El litio presenta una mayor capacidad de almacenar electricidad en menos espacio que sus contrapartes tradicionales. Por ejemplo, puede almacenar 6 veces más que una batería de plomo en un volumen 10 veces menor. Convirtiéndose en la base para producir baterías, permitiendo el desplazamiento gradual de automóviles que utilizan combustibles fósiles y proveyendo también, una solución a la intermitencia presente en las energías renovables que dependen de las condiciones atmosféricas y por sí solas no pueden proveer energía constantemente.
Sin embargo, los procesos de extracción de litio, tanto de yacimientos de roca o de salmuera presentan consumos energéticos e hídricos que resultan en un desequilibrio ecológico en la zona de explotación. No obstante, la extracción proveniente de salares no requiere de las costosas operaciones mineras debido a que la “naturaleza” ha extraído el litio de la roca.
Debido a esto, se ha incrementado la exploración, sobretodo de salares, lográndose ampliar las reservas globales de Litio hasta siete veces en las últimas dos décadas. También, se ha incentivado la búsqueda de procesos extractivos con menor consumo energético e hídrico.En el caso de salmuera, el objetivo es extraer el litio directamente del salar sin necesidad de concentrarlo, evitando la evaporación de ~2000 m3 de agua por cada tonelada de litio extraído.
Cabe destacar, que el mayor avance se ha logrado en los procesos de extracción y recuperación posteriores a la lixiviación. Estas tecnologías de segunda generación no requieren evaporación, dividiéndose en procesos de Extracción Directa de Litio (DLE) o Litio Directo al Producto (DLP). En el caso de la tecnología DLP, el uso de materiales diseñados con tecnología de reconocimiento molecular, logra extraer el litio de manera selectiva, disminuyendo la captación de impurezas produciendo un extracto de litio de mayor pureza y concentración que los procesos DLE. Por tanto, se optimiza el tamaño, consumo de recursos y costo de la planta en comparación con otros procesos.
Actualmente, dirijo proyectos de extracción de litio utilizando DLP en salares de Chile, Argentina y Estados Unidos. En el caso específico de Chile, se cuenta con una planta piloto con capacidad de 13 toneladas anuales de litio ubicada en el desierto de Atacama, una de las regiones más áridas del planeta. Los recursos acuíferos son valiosos por lo que la tecnología DLP que estamos implementando ayuda a conservar el agua en las comunidades aledañas a los salaras, que normalmente son poblaciones de bajos recursos.
Para desarrollar una industria de litio en México, es necesario un capital de inversión intensivo y de tiempo. Los costos de inversión para una planta de litio en roca son cercanos a los mil millones de dólares requiriendo 5 años de construcción. Aunque se cuenta con periodos de retorno de inversión atractivos, la falta de capital externo, debido a la reciente soberanización del litio (LitioMex), evitará que se comiencen a recibir ingresos inmediatamente debido a la falta de concesiones. Por tanto, no es una respuesta inmediata a los problemas energéticos o económicos del país.
Una solución a la falta de capital es licitar públicamente yacimientos para la explotación de litio con un tiempo finito y controlados por LitioMex. De esta manera se reduce la participación de empresas basadas en la especulación. Alternativamente se puede desarrollar procesos de reciclado de baterías que comiencen a generar ingresos en menor tiempo.
Sin embargo, para que el litio presente un camino hacia la “transición energética”, no solo es necesario el desarrollo de procesos sostenibles, también es necesario un cambio cultural enfocado en reducir consumo, incentivar el transporte público y garantizar una gestión estratégica, eficiente y transparente del uso de recursos de una económica emergente en la cual México tiene reservas de 270 mil millones de dólares a un costo de 11,300 USD por tonelada de litio.
Luis Gerardo Navarro-Tovar
Director de Ingeniería en IBC Advanced Technologies, Utah, USA y colaborador de investigación de la Universidad Politécnica de la Energía, en Tula, Hidalgo.