El reciente interés por los temas científicos y tecnológicos sobre todo sus beneficios, tanto económicos como sociales, justifican la importancia de estudiar a detalle la naturaleza de los conceptos que engloba. Apostarle a la ciencia y la tecnología representa una inversión de recursos tanto públicos como privados destinados a fortalecer componentes estratégicos para la economía y la sociedad que impacta el estado de bienestar social y transforma los estilos de vida.
Los avances en la ciencia han dado como resultado un cambio en la forma de vida, sobre todo aquellos que han revolucionado el uso y manejo de la información, las nuevas tecnología de la comunicación son, sin duda, un factor de cambio para las nuevas generaciones, y aún más cuando el conocimiento científico y tecnológico se destina a la generación de riqueza, se convierte en un factor importante para el desarrollo económico de los países. Esto ha dado como resultado la conformación de las llamadas “sociedades del conocimiento” donde los países buscan transformar sus procesos tradicionales de producción, consumo y distribución de los bienes y servicios que satisfacen las necesidades.
De acuerdo con la Organización de los Estados Iberoamericanos (OEI), la prosperidad de los países ha quedado asociada con el valor que agrega el conocimiento a los productos con los que se posiciona en el mercado y a los servicios que brinda a sus ciudadanos, el CONACYT por su parte afirma que la vocación económica de un territorio puede modificarse al desarrollar sus capacidades científicas. Por tanto, el desarrollo de las naciones queda supeditado a su capacidad de gestión y articulación para aplicar los cambios tecnológicos a la producción, el uso óptimo de los recursos y hacia las necesidades más apremiantes de una sociedad, la educación, la salud y la alimentación.
No sólo la evidencia empírica de los resultados en el desarrollo de países que le han invertido a la tecnología sustenta la importancia del tema, sino también estudios formales como el de la OEI donde se describe que el fortalecimiento de las capacidades científicas y tecnológicas y la innovación son decisiones estratégicas a las que los gobiernos deben apostarles. Pero ¿qué incluyen las capacidades científicas y tecnológicas? Por un lado, refieren elementos físicos o tangibles como: el capital humano especializado, la infraestructura científica y tecnológica, la investigación básica, la investigación aplicada, los proyectos de desarrollo científico y tecnológico; y por otro, incluye elementos intangibles pero de gran valor como: la vinculación entre los actores estratégicos como Instituciones de Educación Superior, Centros de Investigación, empresas, sociedad y el sector público, la consolidación de acuerdos de colaboración, la generación de programas de impulso a las actividades de ciencia y tecnología y por supuesto, el impulso y consolidación de un marco normativo congruente con el entorno de una sociedad que aplica el conocimiento nuevo o existente a la generación de riqueza. Y además, esta la innovación, otro componente estratégico que impacta la posición competitiva de las empresas mediante la generación e incorporación de nuevas tecnologías y conocimientos, que no solo impacta el proceso de producción sino los sistemas de organización, comercialización e incluso la imagen de la organización. Por lo tanto, la diversidad de elementos que forman parte de las capacidades científicas, requieren acciones muy diversas de índole político, económico y social donde los recursos invertidos son también significativos ya que deben corresponder a temas y proyectos de amplio impacto.
Así, crear o fortalecer las capacidades científicas y tecnológicas de una sociedad, no resulta sencillo, evidentemente, es un tema importante que involucra a todos los sectores de la sociedad y por ello, toda iniciativa, proyecto y acción que se emprenda en estos temas vale la pena darles seguimiento procurando siempre que se encuentre articulado a otras iniciativas cuyos resultados sean evidentes en el largo plazo y sumen a un proyecto integral que tome en cuenta todos los componentes antes descritos, un reto por demás interesante para nuestro país.
MGDR Belida Ariana Reyes Mata
Secretaria Técnica de la Dir. Gral. del CITNOVA