Con motivo de la ley antialcohol, mediante el nuevo dispositivo denominado Centro Urbano de Retención Vial por Alcoholimetría (CURVA) se ha suscitado una polémica en la sociedad.
Por genética, los mexicanos somos renuentes a cumplir las leyes y a tener una disciplina dentro de nuestra sociedad. Basta que nos quieran imponer algo, cuando todos reclaman, se indignan e incluso, ¡se amparan! contra una ley que lo único que busca es salvar vidas.
Nos quejamos de la corrupción de nuestro gobierno y no entendemos que nosotros somos parte del sistema corrupto que impera en todo el país.
Apenas unas horas de promulgada una ley y ya hay métodos para evadirla y para ampararse de ella.
En el colmo de este caso del operativo CURVA, hay páginas en las redes sociales donde indican a los jóvenes el lugar donde se encuentra el famoso torito, para evadirlo.
¿No es eso complicidad?
Demuestran una actitud infantil e inmadura, que en nada ayuda a las autoridades, que buscan evitar tantas muertes, en especial de jóvenes, que salen de los antros totalmente alcoholizados y se ponen al frente de un automóvil, dispuestos físicamente a arrollar a quien se ponga enfrente, ya que sus sentidos están completamente trastornados.
¿Qué dirán los familiares de las víctimas de un conductor ebrio?
¿Qué sentirán al ver toda la clase de trucos que éstos hacen para evadir esta ley, que de cumplirse hubiera salvado la vida de su familiar?
¿Así cómo? ¿Cómo evolucionaremos los mexicanos, si no tenemos respeto por las leyes, incluso aquellas que nos protegen la vida?
Así, ¿cómo avanza una sociedad que se burla de las leyes y que al mismo tiempo exige de sus gobernantes seriedad y legalidad?
¡Cuántos problemas nos evitaríamos si respetáramos las leyes!
Se quejan del monto de la multa que es un poco más de $12,000.00 pesos.
En California, el costo supera los $125,000 pesos (más de $10,000.00 dólares) incluyendo 48 horas a 6 meses de prisión, clases de rehabilitación, tratamiento por abuso del alcohol, pérdida de licencia de manejar por 4 meses, conducción a prueba por tres años, mayor pago de seguro de auto por 10 años y defensa legal.
Si la falta se repite las penas pueden llegar hasta un año de cárcel en una prisión federal y suspensión de por vida de la licencia de manejar (4ª ofensa).
¡Por eso, los mexicanos del otro lado, se portan tan bien al conducir!
Incuantificable es perder un ser querido por culpa de un conductor ebrio e irresponsable.
¿Cuánto le cuesta a la sociedad mexicana todas las muertes y accidentes causados por conducir en estado de ebriedad?
¿Se ha cuantificado la productividad de los días lunes en las empresas?
Es difícil alinear a mexicanos que desde niños vieron como algo normal a sus padres conducir ebrios después de una fiesta.
Si todos nos comportamos como adultos en una sociedad que necesita leyes y normas para su mejor convivencia, las nuevas generaciones se comportarán mejor y podremos lograr una sociedad madura y responsable.
Pero así… ¿cómo?