Pregunta, ¿ustedes son de esas personas que suelen romper la tranquilidad del chat familiar o de amigos gritando: “Fake news” o peor aún: “¿Cuál es tu fuente?”, cuando se comparte algo delicado? Me temo que yo sí. Soy una imprudente, porque no aprendo que nadie aprende así.
Y como en la mayoría de los casos no suelen tener malas intenciones y pues digamos que soy la que arruinó la fiesta y me siento mal, luego llega Madonna a darme la razón y se me pasa.
Sé que muchas de las autoridades del mundo no nos han dado mucha razón para tener confianza y las conspiraciones están a todo lo que dan, pero algo, sin ser doctora, sí he aprendido en esta terrible etapa: el tapabocas ayuda.
Por eso, al ver una conferencia de prensa con un enorme grupo de doctores sin tapabocas diciendo que ya hay una “vacuna” (la medicina favorita de Trump, que tiene sus ventajas, pero no es vacuna) me pregunto por qué la prisa de ese presidente de darte RT al video.
Lo platiqué con tres médicos distintos y todos estaban horrorizados por lo viral que se volvió. Pero Madonna no. Ella, como en los chats, lo compartió en sus redes, y enseguida le aplicaron el “fact check” y lo bajaron de Instagram, lo que muchos han llamado censura. Pelear porque la información médica venga de fuentes serias (al menos debería venir con una advertencia cuando no), no está tan fuera de la razón, ¿o sí? y ni empecemos con los temas políticos.
Este no es un tema de libertad de expresión, es ciencia en tiempos críticos. Aún así, trataré de no ser el único ser insufrible que calla por convivir en el chat familiar, para eso tengo este espacio.
Twitter: @susana.moscatel
