Imposible negar que Karla Sofia Gascón es un espectáculo más poderoso que cualquier torbellino con el que nos hemos topado en esta industria. Me explicó. Cuando acabaron los Oscar el pasado marzo muchos dijimos: “Bendito sea que ya no tendremos que hablar de Emilia Pérez ni de nada que tenga que ver con ello”. Pero la verdad el silencio y la tranquilidad de su protagonista hasta ese día claramente fueron fruto de una negociación que terminaba con la temporada.
En los Premios Platino, la actriz estuvo dando entrevista tras entrevista a los países hispano parlantes que cubrimos la alfombra roja. Cuando me tocó preguntarle sobre la diferencia en el trato entre la industria en nuestro idioma y la europea vs. Hollywood, contestó muy clara: “Tenemos que unirnos, precisamente, para plantarle cara a esa hegemonía que tiene lo anglosajón. Creo que tenemos un idioma maravilloso, y como muestra es Emilia Pérez, que se ha visto en todo mundo como fue hecha, en español, aunque fuera un idioma que dicen que a muchos no les gusta”. Bien, pero entonces, les aseguro, vi ese brillo en su mirada que ya reconocemos como una de sus ocurrencias y remató, “Por eso dije una vez, y esto sí es cierto, que tenia que cambiar el nombre de los Oscar, y eso es verdad, pero era un halago, porque es maravilloso lo que estaba pasando”, dijo refiriéndose a los grandes directores mexicanos ganando año con año.
Esto ocurrió dos días después de que nos congregamos a ver “El partido de las estrellas”, donde la española de nuevo se llevó los titulares porque al jugar en su propia cancha mostró su competitividad y hasta un foul no marcado acabó metiéndole sin querer a Manolo Cardona, ante tanta adrenalina. Sí señores, Hollywood podrá “cancelar” a cualquiera, pero Karla Sofia ni lo sabe ni le importa y eso es algo digno de verse. Nos guste o no, eso es resiliencia.