Ricky Gervais, comediante y conductor de los Globos de Oro que se llevarán a cabo este domingo, dijo: “Estoy escribiendo los chistes y tienen que ser contra balas. Kevin Hart perdió ahora la conducción del Oscar por unos tuits que publicó hace 10 años, por los que ofreció disculpas y borró entonces. El mundo está viendo, no soy yo en un club de comedia”, Es oficial, el año ha comenzado y por lo visto las reglas del pasado aún aplican. No era que esperáramos otra cosa, pero el mismo Ricky debe saber que ese es un reto imposible.
No tenemos la menor idea de cómo vamos a estar como sociedad en 2030, pero si algo hemos aprendido de nuestra propia historia, y no por ser mórbidos, es que vienen cosas bastante rudas en esta década. Hoy en día nos podemos aventar el reto de batallar contra lo políticamente incorrecto y tratar de crear lenguajes incluyentes, pero la cosa es que no tenemos idea lo que la gente va a considerar como tal en unos años.
Vaya, hoy decir: “Bienvenidos damas y caballeros” en un contexto como ese ya resulta ofensivo y una omisión de reconocer la existencia de millones de personas que se identifican a sí mismas de otra manera. Pero eso no era algo que estuviera en el consciente colectivo hace 10 años. De hecho, en la mayoría de los lugares del mundo, aún no es un tema al que le han acabado de entrar. Por supuesto que es muy distinto hacer un chiste abiertamente racista que una canción como “Negrito sandía” de Cri Cri. ¿Se imaginan cómo le iría hoy en día a esa gloria de compositor infantil con sus temáticas? Afortunadamente, hemos sabido mantener eso en su contexto apropiado. Y créanme, las susceptibilidades se irán volviendo más complejas con el pasar del tiempo.
Gervais lo dice: “Yo estoy muy feliz de apegarme a las reglas. Pero nos van a estar viendo 200 millones de personas, y cada uno tiene sus propias reglas”. Tiene toda la razón. Imposible, de por sí, quedar bien con todo mundo. Pero vaya, si hay, por ejemplo, gente que se ofende en nuestro país porque escribimos de series en las plataformas de streaming, considerándolo de mal gusto dado la pobreza que nos rodea, ¿Cómo sale adelante alguien que solo tiene la misión de entretener y hacer reír al mundo entero? Lo que más me preocupa es que Ricky anunció que va a tratar de quedar bien con todos. Solo espero que el miedo no mate la conducción, de por sí la mayoría de los premios están pensando saltarse al conductor, al factor humano, por este ridículo terror. Digo, yo puedo decir que no me gustó Rocketman (que sí, y mucho) y eso no me hace homofóbica. Así que con eso en mente, solo cierro diciendo que sería un deleite que gane como mejor serie cómica The Marvelous Mrs. Maisel, que toca ese tipo de temas. Veremos si están blindados y si así funcionan estos Globos de Oro el próximo domingo.
Twitter: @SusanaMoscatel