Netflix ya estrenó una de las más grandes apuestas de la ciencia ficción moderna en la historia de la televisión, y como fan desde hace un breve rato de los libros de Cixin Liu, tengo que dar una ovación de pie a muchos de los involucrados con esta extraordinaria producción, especialmente a los héroes de la adaptación, quienes son muchos y muy brillantes.
Para empezar, hay que entender que estas novelas —una trilogía que ya tiene fan fiction aprobada por el autor— fueron escritas en chino, llamándose originalmente:
Ken Liu y Joel Martinsen fueron los adaptadores al inglés y ahora, después de muchos años, al fin se ha hecho una serie para que el mundo entero la vea y se sienta incluido en la gran historia que ha ganado los más grandes premios de ciencia ficción: el Hugo y el Nébula.
Sí existe una serie china, mucho más larga y apegada a las novelas y la pueden ver en YouTube, pero lo que lograron para la serie de Netflix, que es anunciada con bombo y platillo como una producción del los mismos genios que hicieron Game of Thrones, es verdaderamente espectacular. Y sí, Eiza González interpreta de manera magnifica a Auggie, una de las científicas brillantes que están perdiendo todo lo que comprendían como cierto cuando la física empieza a falllar y a arrojar resultados completamente distintos cada vez.
Pero esa es solo una de las primeras premisas de una historia que se desdobla una y otra vez, como protones en el espacio, llevándonos a situaciones y consecuencias que tocan todo lo que conocemos como humanidad y más allá. Sí, así de buena es la serie.
Y así de buenas las arriesgadas decisiones para esta adaptación. Aplauso de pie, estoy totalmente segura que los grandes como Isaac Asimov estarían fascinados con este giro de tuerca a la ciencia ficción.