Ya pasaron 10 días desde el final de la huelga de actores y tengo varios amigos y conocidos en la industria que nunca han estado tan exhaustos. No, no los actores. Hablo de los publirrelacionistas y quienes están encargados de marketing quienes, francamente, hicieron milagros para asegurarse que el mundo se enterara de lo que había implicado hacer todas esas producciones que no pudieron ser promovidas por sus protagonistas por 118 días.
Debo confesar que fue un deleite poder hablar más con los directores y equipo creativo y técnico que lo que suele ser costumbre en este tiempo. Pero no todos los medios tienen interés en lo que implica y las grandes historias detrás de las cintas y series como quisiéramos. De hecho, seamos honestos, hay demasiados productores, jefes de información e incluso reporteros que viven bajo la premisa de: “Si yo no lo conozco no es famoso”. Ya ni hablemos de lo soberbia que es esa declaración que, les aseguro, hoy en día sigue siendo el mapa de acción de muchos en los medios, pero analicemos por un minuto de todo lo que nos podemos perder como lectores o televidentes al solo ver historias controladas sobre quienes son famosos. Usualmente quienes están frente a la cámara. Algunos directores son la deliciosa excepción, pero las mejores historias siempre las tienen quienes no deben cuidar el imperio basado en su imagen cada día. Sí, detrás de las cámaras de nuevo.
Sin embargo, la próxima semana se cierran las nominaciones para los Globos de Oro y así todas las siguientes ceremonias de premios y los pobres actores ahora no solo tienen que pasar horas leyendo su nuevo y extenso contrato, sino promoviendo cosas que ya hubieran quedado en el pasado en otros tiempos. Ah, y sí, ver cuándo y cómo empiezan a trabajar bien de nuevo. Es una alegría volver a verlos. Pero creo que TODOS estamos agotados y esto apenas comienza de nuevo.