Por años, los que de verdad defendemos la fuente del espectáculo hemos rogado que la gente no nos pregunte: “¿y cual es el chisme de hoy?”.
Somos periodistas y el hecho de que hablemos de cine, teatro, televisión o incluso de personajes, no debería ser la excepción de aquel rigor.
Llevamos años discutiendo esto, pero, ¿qué creen? Ahora vivimos en un mundo donde ya pocos pueden distinguir la nota dura del chisme, de la falsedad, de lo no comprobable y de lo que no tiene una fuente confiable. Eso por definición es tanto Fake News como chisme. Ya estamos todos en el mismo costal.
La frase “están diciendo qué...” es tan peligrosa como un conductor de televisión que desinforma por intereses independientes a los hechos.
Como siempre se nos ha hecho tan sencillo asumir que lo que nos dicen es verdad, siempre y cuando queramos creerlo, el chisme en cualquier fuente nos ha venido preparando para esta era de desinformación organizada. Así, como el crimen, organizada.
De la misma forma es más que fácil negar información comprobada, como la científica, porque si el chisme es que meterte la secadora de pelo por la nariz para matar el coronavirus (es falso) y alguien lo sube a la red, eso va a tener mucho más éxito en las redes que un profesional mostrando estadísticas.
Así que espero que entendamos, después de esto, la importancia de que cuando aseveremos algo, ya sea en el espectáculo o en la política, nos demos cuenta de la importancia de sustentar las cosas con certeza.
Ciencia, fuentes comprobables y, sobre todo, buenas intenciones que van más allá que el rating, el interés personal o la popularidad.
Twitter: @susana.moscatel