Tal vez no es el honor que era antes, pero me sigue llamando la atención de manera muy poderosa, por cierto, ver a Bad Bunny en la portada de la revista Time. Hay que admitir que el puertorriqueño no es alguien a quien podemos ignorar por más que su música no sea lo nuestro, porque su impacto social, sobre todo ahora que ha brincado también a la cancha de la actuación, parece ser omnipresente. Y eso que dijo que iba a descansar un poco.
El año pasado dio, por ejemplo, una entrevista acerca de la moda, de lo que le gusta vestir, e hizo la muy válida pregunta sobre lo que consideramos femenino o masculino. A eso le agregó su presencia en drag al video de “Yo perreo sola”, lo cual admito, aún pienso que fue una espectacular movida para quienes solo lo veíamos como una fórmula exitosa. El tipo es iconoclasta por naturaleza y de que rompe los esquemas, los rompe.
Sé que de lo único que se va a hablar en los próximos días es la escena que comparte con Gael García Bernal en la cinta Cassandro, que ya habíamos visto en el festival de Sundance desde enero, pero que por algún motivo, quizás la primera portada en español de la revista Time, el mundo parece estar notando y los medios de chisme (y los que dicen que no lo son) lo están destacando.
“Mi primer beso en el cine y es con un hombre –declara entre risas, y agrega–: es mi penalty por haber estado con tantas mujeres”.
Así que, wow. No sé si eso es liberal, misógino, bocón o qué. Lo que sí me queda claro es que es por diseño. Así como sus creaciones en el mundo de la moda, sus aportaciones a lo que es la música más bajada del streaming en el mundo o sus confusas declaraciones, Bad Bunny está haciendo exactamente lo que quiere él y sus millones de seguidores. Yo solo observo.
