Ya se puede ver en las pantallas de México la nueva cinta del creador de La La Land, Damien Chazelle. Y de la misma manera en la que con la cinta musical previamente mencionada, podemos ver al director explorando otras eras de Hollywood con un punto de vista absolutamente nuevo.
Pero no esperen flotar al ritmo de la fantasía con esta cinta protagonizada por Diego Calva, Brad Pitt y Margot Robbie. Esperen sentirse, y estas palabras me las dijo el director a mí: “Como si se hubieran tomado las mismas drogas que los personajes”, así que con esa advertencia y a sabiendas de que no existe el público pasivo o extraído, les recomiendo mucho que vayan listos para todo a ver esta película.
Miren, seré completamente honesta. Hay cosas de la cinta que nunca se me van a olvidar y que agradeceré por siempre. La forma en la que uno percibía la era del cine mudo, por más veces que hayamos visto esas películas, es realmente fascinante. Pensar que ya fueron 100 años de eso me vuela la cabeza. Y si bien quien les escribe es fan de Sunset Boulevard –tanto de la cinta original con Gloria Swanson (Billy Wilder, 1950) como del brutal musical de Andrew Lloyd Webber con el mismo nombre e historia–, la idea de toda una generación de grandes artistas desechados a la basura cuando llegó el audio al cine aun resulta alucinante.
Chazelle no es ningún Wilder. No hay sutilezas aquí, y si no pregúntenle al elefante que aparece en la primera escena (no se preocupen, el paquidermo no la pasa mal).
Palabras de los mismos actores y director para describir Babylon: “Excesiva, vorágine, desenfrenada, sin piedad, rítmica”, y mi favorita: “Como una trompeta de jazz que enloqueció”.
Espero que la vean y la gocen, excepto cuando el director nos obliga a taparnos los ojos ante lo que nos pone enfrente.
Susana MoscatelTwitter: @susana.moscatel