La colonia Roma, esa perra abandonada por el porfiriato que alimentaron los revolucionarios. El año pasado les hablé un poco acerca de la relación entre la ex élite de costumbres afrancesadas y los que celebraron un triunfo de papel, algunos se bajaron del caballo para despojar a los ricos de sus mansiones y desayunar igual que ellos croissant con mermelada francesa. Tengo recuerdos especiales de una calle, vuelvo cada cierto tiempo para caminarla. Por recomendación de tres personas decidí desayunar en un lugar con mesas al aire libre, me detengo de golpe en la esquina de San Luis Potosí e Insurgentes, avanzo, veo mi reflejo en la puerta del Sears, mi padre me compró un reproductor de música Sony y unos audífonos hermosos en esta tienda, no puedo evitar la nostalgia. Me acompaña mi cercana y hermosa amiga Nina, nuestra amistad es de siglos atrás. Avanzo, no quiero llorar, llegamos caminando desde la calle de Veracruz hasta el número 22-B de la calle de Manzanillo; mesas de madera muy limpias, plantas, personal amable que cumple con todos los protocolos de sanitización y seguridad debido a la pandemia. Su historia tiene más de ocho años, Ceredisae tras una manifestación anti-taurina tenía mucha hambre, decidió buscar una hamburguesa para comer, entendió que no tenía sentido comer cadáver cuando ella se manifestaba por los derechos animales, dejó un empleo que no le gustaba desarrollando así su arte más amoroso y fino: cocinar. Empezó a vender sus cheesecake de coco, sus amigos usaban bicicletas, en ese tiempo el delivery no era tan común, le propusieron entregar sus postres en ellas, así nació un proyecto colectivo: Vegetal, uno de los mejores lugares veganos de la colonia Roma, ¿cómo lo sé? Como en todos los sitios posibles de la ciudad, no le pide nada al Forever y otros más “grandes”. La solidaria radio independiente NoFm les prestó la cocina de sus instalaciones antes de que abrieran su primer local en colonia Narvarte, cerraron, el imperio de la carne arrasa en esa zona.
Ceredisae me contó que no tenían vasos suficientes. Amigos, clientes y personas solidarias donaron vasos a cambio de tacos veganos. Usan papel para empacar, manteles de papel reciclable, no hay plásticos aquí ni nada que provenga del dolor de los animales no humanos, es un lugar 100 por ciento libre de crueldad, ponen pequeñas bolsas de croqueta a disposición de las personas que necesiten alimentar a sus animales no humanos, dan comida a personas en situación de calle. Tiempos duros para todos ¿no? Vengan, Ceredisae y Yiru están luchando desde su pequeña comunidad vegetal ética y auto sustentable para alimentar de forma responsable a todo el que se acerca. Sienten amor, respeto y compasión por todo ser viviente. Los mejores hot cakes veganos que he probado, reflejo del amor más tierno. Estas personas se aman, son felices, productivas, respetuosas, responsables. Las personas mediocres solo pueden odiar, violentar, mentir. El vegano vive amorosamente en el futuro.
* Escritora. Autora de la novela Señorita Vodka (Tusquets)