“¿Usted es bueno, Don Policía?”, pregunta Mafalda. “Los policías somos todos buenos”, contesta el uniformado, mientras la pequeña niña mira el arma. “Empiezo a comprender cómo funciona la bondad”, concluye Mafalda.
La interpretación a esta escena es de acuerdo al toril en el que uno esté… ya sea pensar que ante todo conflicto se hace uso de la fuerza (represora incluso) o que la responsabilidad de un mundo “bueno”, se deja solo a las instituciones.
Se trata del pensamiento crítico, que Salvador Lavado Tejón “Quino” transmite a través de su obra y en especial de Mafalda, la niña preguntona e impertinente que describe el tolete como “el palito de abollar ideologías”.
Consciente o inconscientemente a algunos niños y niñas, con la curiosidad como principal motor, se nos insertó en la mente conceptos disruptivos sobre el mundo, la humanidad, la codicia, la soberbia o el feminismo al toparnos con esta historieta principalmente incolora.
Para mal del mundo, sus conceptos son perfectamente válidos en el mundo de los adultos actuales. Porque “resulta que si uno no se apura a cambiar el mundo, después el mundo es el que lo cambia a uno”, y es que a fuerza de no querer ocuparnos de la violencia, al creer que su combate es un monopolio del estado, cada día, como ciudadanos, nos hemos vuelto violentos y más tolerante a sus expresiones.
En nuestras comunidades “hay más problemólogos que solucionólogos”, cuya presencia es más notoria en tiempos políticos, en donde la búsqueda del voto se centra cómodamente en advertir lo que el enemigo a vencer ha hecho mal, pero sin la comprensión de cómo atender realmente las problemáticas.
“El problema es que hay más gente interesada que gente interesante”, sintetiza el contexto de una cultura individualista, en donde además las metas económicas parecieran estar por encima de los logros personales, lo que marca a una generación que busca la inmediatez y la satisfacción, aún y cuando para ello hagan uso de la violencia, “la vida es linda, lo malo es que muchos confunden linda con fácil”.
“¿Y cuál es el gran mal del mundo? Lo tengo clarísimo: la ambición de poder y dinero. Es la madre de todas las desgracias que han sucedido y se sucederán”. Mafalda es contundentemente clara, especialmente cuando México vive escenarios de violencia provocados, en la mayoría de los casos, por criminales de todo tipo, que quitan una vida porque quieren y porque pueden. Quino fue además un feminista, con frases como “lo malo es que la mujer en vez de jugar un papel, ha jugado un trapo en la historia de la humanidad”, al asumir que en casa no había un jefe de familia, sino una cooperativa. Una última pregunta, para usted, querido lector, directamente de la lista de dudas de Mafalda: “¿podrías explicarme por qué funciona tan mal la humanidad?”.