Si en este país es difícil que se escuche a un policía, es aún más difícil que las mujeres policías sean escuchadas.
En un difícil y emotivo ejercicio, presento lo que 60 mujeres policías quieren decirle a quien será la futura Gobernadora de nuestro estado y a la próxima Presidenta de México.
Trabajen con amor a la patria, sean humanas, generosas, inteligentes y astutas para seguir luchando por sus ideales. Sean auténticas entre el decir y hacer. Millones de ciudadanos creen en ustedes y pueden hacer el cambio.
Una mujer que cuida y protege a otra, crecen a la par. Ahora que está a usted al frente, apoye y dignifique la imagen de la mujer, dele voz y fortaleza. Como policía le pido que fomente la igualdad, que se elimine los estereotipos a los que hemos sido sujetas, en donde señalan que la mujer policía solo sirve para recrear la vista del hombre y no para detener delincuentes.
A 94 años de que las mujeres fueron aceptadas en el ámbito policial, aún hay una brecha de género que limita el crecimiento profesional al interior de las corporaciones: seguimos ocupando cargos administrativos y secretariales.
Las mujeres policías somos más que las que había hace 50 años, pero somos el 20% de las instituciones. Estamos mejor preparadas, con maestrías y doctorados. Sin embargo, lo que no ha cambiado es la equidad en los tratos, porque las corporaciones policiales fueron pensadas inicialmente por y para hombres.
Necesitamos capacitación que no solo aborde la detención, cómo realizar una inspección o el uso de armamento, sino también en materia de inteligencia emocional y equidad.
Es necesario que los mandos, en su mayoría hombres, se sensibilicen en las necesidades de las mujeres policías que también somos madres y jefas de familia. Que se apliquen los reglamentos para sancionar el acoso laboral y sexual, pero también que se atienda la discriminación y la violencia de género.
Que todas tengamos la oportunidad de participar en procesos de promoción de manera libre y sin que dependa de si le agradamos al mando o no, sino por nuestras capacidades. Que dejemos de ser subordinadas por tradición y que de acuerdo a nuestras capacidades, también tengamos posición de mandos.
Me esfuerzo porque ser policía municipal no sea indicativo de debilidad y que logremos que la equidad de género permee en los tratos y condiciones laborales.
Con tristeza e impotencia, mi corporación vive un momento lamentable. Integrantes han resultado fallecidos o lesionados de por vida por ataques armados, por un mal gobierno y falta de profesionalismo de directivos de seguridad, quienes rebasaron la línea de respeto hacia todos los integrantes, persiguiendo sus propios beneficios e intereses, sin importar que gente inocente pierda la vida, así como el daño irreparable que le causan a su familia. Con respeto y a nombre de mis compañeros, solicito su valioso apoyo para fortalecer las corporaciones de seguridad pública en los tres niveles de gobierno, con capacitación constante, en especial a reacción de ataques armados, así como equipamiento que nos permita hacer frente a la delincuencia organizada. Necesitamos unidades de inteligencia y cibernética, incentivos que mantengan la motivación y el sentido de pertenencia, además de realizar filtros minuciosos a los aspirantes.
Ser madre no tiene por qué truncar o pausar nuestra carrera policial. Necesitamos más apoyo en las etapas de maternidad y lactancia.
Nosotras también salimos de casa sin saber si vamos a regresar, incluso con la preocupación de que algunas somos madres solteras y sin certeza del futuro de nuestros hijos si faltamos.
Instituciones libres de acoso y discriminación, que permitirán un mayor bienestar a mujeres en las corporaciones policiales, lo que provoca una fuerza policial más diversa, efectiva y confiable.
Continuar con la cultura de instalaciones adecuadas y especiales, como guarderías y lactarios, así como programas benéficos para policías y sus familias, incluyendo las becas y vivienda digna.
Piensen en mejores equipamientos para las mujeres policías, como chalecos y cascos balísticos diseñados para mujeres.
Hay quienes laboramos sin cotizar en el IMSS o ISSSTE, así que no pensamos en una pensión o una casa. También necesitamos tener un patrimonio.
Somos inteligentes, con gran fortaleza y amor a nuestro país. Como madre busco un espacio seguro para mi hijo, por lo que doy todo de mí por cumplir con mis labores policiales. Les pido que nos hagan sentir respaldadas y que no estamos solas.
Que no solo se hable de lenguaje incluyente, cuando en el ambiente profesional somos excluidas por ser el emblema de “fragilidad”. No desistan en la lucha por nuestros derechos, la dignificación de la mujer y para que no minimicen nuestro esfuerzo.
Requerimos analizar jornadas laborales, porque cada día crece la tendencia a la ansiedad o la depresión. También necesitamos saber por qué hay tanta rotación de personal en la Policía y hay policías que traicionan y se unen a las organizaciones criminales.
Hacen falta instrumentos para conocer lo que realmente están viviendo las mujeres policías de cada municipio, como violencia. Queremos que nuestras ideas y aportaciones sean escuchadas y que se reconozca a la compañera que se haya destacado. Sentir que si contamos y que no somos un número o elemento más.
Espero que su sexenio sea uno de los más prósperos de la historia, lleno de oportunidades igualitarias, donde se demuestre que el sexo femenino no solo puede dirigir un hogar, sino también dirigir naciones con paz, bondad, sabiduría y fortaleza. Al mismo tiempo que usted se comprometió a brindar una mejor seguridad para la sociedad, yo también me comprometí; porque como policía sé la carencia que vive la sociedad de paz. Es un gusto estar al servicio de una mujer. El proceso nunca es fácil para nosotras, pero somos guerreras y muy persistentes. Ánimo, sonrían, brillen, que su inteligencia se note a kilómetros. Juntas es mejor, estamos para apoyarlas. Ofrezco todo mi apoyo desde mi trinchera y agradezco de corazón su atención a estas líneas.