Un carnicero recibe la visita inesperada de una amistad antigua. Se trata de un gimnasta reconocido que llega al negocio para hacer emerger todo tipo de recuerdos, los agradables pero también aquellos otros, los que a veces, hay quien prefiere amontonar en un rincón de la memoria.
Te acuerdas, pregunta el visitante. Y cada Te acuerdas es como si una mano invisible escarbara en un baúl que se ha arrumbado en el olvido. Las reminiscencias dibujan un circo, una carpa, un momento tatuado en el hipocampo, el momento en el que ambos conocieron al tipo de las dagas.
Uno de esos puñales alargados está colocado al centro del negocio, como los cristos colgados en las alcobas nupciales. Imposible olvidar aquella arma pero es todavía más difícil olvidar al tipo que la manejaba con tanta pericia, cómo olvidarlo si él fue con el primero que…
La daga fue la primera obra que monté con Jorge. Pero no era la única que hablaba de homofobia. Luego de la puesta en escena del chihuahuense Víctor Hugo Rascón Banda, Jorge nos propuso que montáramos Sobre el fuego.
El texto del coahuilense Jesús de León habla también sobre la homosexualidad en un mundo de machos. En este caso, dos traileros ocupan el lugar del carnicero y del gimnasta.
No pudimos llevar la obra al escenario porque a Jorge se le ocurrió morirse cuando apenas iniciábamos los ensayos. Quedé huérfano de teatro y quedé con las ganas de hacer otro tipo de obras, unas que no tuvieran temática gay. Se lo dije a Jorge pero pareció no interesarle mucho mi reclamo. Me decía que era necesario invitar a la reflexión y yo le decía que para qué, que ya estábamos en un nuevo milenio.
Tampoco pudimos hacer Fresa y chocolate, el texto del cubano Senel Paz que cuenta la historia de amor fraterno entre un homosexual maduro y un joven comunista y homofóbico. Jorge siempre habló de montarla y yo, como siempre, le dije que no tenía caso abordar esos temas, que la sociedad ya había evolucionado. Eso creía.
Hoy, que miles de personas marcharán para oponerse a los matrimonios entre personas del mismo sexo, caigo en la cuenta que yo estaba tan equivocado.
Disculpa, Jorge, ahora te entiendo.
Sergio Gómez/@sergomezv
