Hoy la mayoría de los mexicanos no confía en sus instituciones democráticas y los partidos políticos son los que más desconfianza generan. En México, hasta el 2000, nadie que no fuera emanado del PRI ocupó la Presidencia de la República. La alternancia vino a dar un respiro al sistema democrático. Vinieron 12 años de gobiernos panistas, un México más conectado, pero también en medio de una ola de violencia; volvió a depositar su confianza en el PRI, que prometía ser diferente y eficaz para gobernar.
Vinieron seis años en los que hubo reformas estructurales, crecimiento económico y una muy importante generación de empleos, pero también un incremento en la percepción de corrupción, una inseguridad que continuó y una agenda política que falló.
Llegó el 2018 y con él, un nuevo respiro a la democracia mexicana. En su tercera aparición en la boleta electoral, Andrés Manuel López Obrador ganaba la Presidencia. Por primera vez en la historia del país, un partido que no fuera el PRI o el PAN despacharía desde la titularidad del poder ejecutivo federal. El reconocimiento de su triunfo y una transición ordenada mostraron la madurez y la solidez de las instituciones del Estado.
Hoy, a los mexicanos ya los gobierna o ha gobernado partidos emanados de izquierda, de centro y de derecha, y aunque la aprobación del actual gobierno sigue siendo alta, es innegable que ha disminuido.
Hay quienes afirman que la desesperanza es cíclica, el tema es que construir una propuesta política atractiva, pero sobre todo creíble no es cosa menor. Son tiempos difíciles para hacer política, especialmente si se es partido en oposición.
La desesperanza, en buena medida, se traduce en abstencionismo, y siempre beneficia el triunfo del que ya gobierna. El panorama empieza a ponerse a modo para que irrumpa algún perfil muy diferente, atípico.
Los requisitos son: generar confianza e interés, comunicar bien y tener ya un buen nivel de conocimiento ciudadano. En la política de los próximos años, el referente principal serán las personas, más allá de los partidos.
Para muchos, es tiempo de transformarse o desparecer. _